Locas ofertas de gas

Se está dando un descontrol en los anuncios que hace YPFB sobre las reservas de gas natural y las proyecciones de exportación, anuncios que parecen formar parte de un fervor electoral más que a la realidad.

El presidente de YPFB, Carlos Villegas, acaba de decir que las reservas “prospectivas” del país llegan a 60 TCF, es decir seis veces más que ahora.

Sin embargo, el reconocido experto Boris Gómez Úzqueda, acaba de decir en una columna de prensa que en lo que va de este gobierno no hubo actividades de exploración y menos de perforación en busca de nuevos yacimientos.

Pero ¿quién le hace entender eso a los gobernantes?

El presidente Evo Morales insiste en que el país puede vender gas natural a Centroamérica, el vicepresidente dice que la oferta boliviana puede llegar hasta Europa para reemplazar el gas ruso que ha comenzado a escasear por razones políticas. ¡Y el propio Villegas ha legado a decir que Bolivia podría atender la demanda insatisfecha de gas que se registra en América latina!

Que estamos en plena campaña electoral del solitario candidato Evo Morales no hay duda, pero no parece correcto que se le exija a YPFB hacer anuncios tan contradictorios con la realidad.

Debe hacer anuncios de nuevos descubrimientos al ritmo de uno por semana. Y debe cometer una aberración: decir que un campo supuestamente descubierto mediante sondeos y preliminares trabajos de sísmica, en Huacareta, tiene reservas de 16 TCF.

El ímpetu de hacer anuncios con fervor electoral sigue creciendo en Villegas. Llegó a decir que los 51 proyectos de exploración dan una “prospectiva” de que el país cuente con 60 TCF de reservas de gas.

Por el momento, pocos quieren aceptar las cifras de la cruda (y preocupante) realidad: la producción es de 58 millones m3/d, las exportaciones suman 50 millones, dejando un margen de solamente 8 millones al consumo interno, que el propio gobierno sitúa en 10 millones. Pero lo que nadie quiere recordar es que la demanda interna debe incluir lo que necesita el Mutún (10 millones), las cementeras (6 millones), el consumo domiciliario no atendido (2 millones), el creciente consumo de gas vehicular (¿).

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