Ciudad del Vaticano.- El papa Francisco afirmó ayer que el “trabajo es un don y no un deber” y que no puede ser tratado como una “mercancía porque posee su propia dignidad y valor”, en una carta que envió en ocasión de la celebración de la Conferencia de la de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En la carta publicada por la oficina de prensa del Vaticano y enviada al presidente de la OIT, Guy Ryder, Francisco aseguró que esta reunión se celebra “en un momento crucial para la historia económica y social, que presenta desafíos para todo el mundo”, informó Efe.
“El desempleo está trágicamente expandiendo las fronteras de la pobreza”, advirtió el Papa.
En su mensaje, afrontó el problema del desempleo juvenil y cómo esto “pueden desmoralizar rápidamente” a la juventud y hacer que se siente “alienados” de la sociedad.
Sobre todo abordó “el grave problema” de la inmigración de masa y sus repercusiones en el mundo del trabajo y como éstos se convierten “en las víctimas de una globalización de la indiferencia”.
“Su situación les expone a otros peligros como la trata de seres humanos, el trabajo forzado, la esclavitud. Es inaceptable que en nuestro mundo, el trabajo realizado por esclavos se haya convertido en algo normal”, escribió el Papa.
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