Cuatro problemas candentes de Estado

Grandes dificultades irresueltas empiezan a abrumar al Estado en las actuales circunstancias del país: el caso de “terrorismo” en Santa Cruz, el de Chaparina, el del Director de lucha contra el narcotráfico y el del Director de la Unidad de Lucha anticorrupción. Los cuatro casos son arrastrados desde hace varios años y mientras por un lado se trata de encontrar solución y despejar las dudas que existen en torno a ellos, por otro los asuntos se han complicado y no se tiene a la vista que dejen de intranquilizar tanto a la opinión pública como a los administradores del Gobierno.

En cuanto al asunto de “terrorismo” descubierto y frustrado en el Hotel Las Américas de Santa Cruz, ha derivado en una enredada madeja de revelaciones y denuncias de todo tipo, en particular a partir del momento en que el fiscal Soza dejó de atender el asunto y abandonó el país en forma clandestina. Pero, más que eso, esa ex autoridad ha empezado a hacer declaraciones comprometedoras contra autoridades nacionales, creando, en esa forma, un ambiente de incertidumbre pocas veces visto en los anales políticos del país.

Ese ex fiscal ha comprometido la respetabilidad del ex ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, y no ha dejado de implicar en el caso de “terrorismo” al presidente Evo Morales Aima y al vicepresidente del Estado, Álvaro García Linera, de quienes afirmó en Brasil que conocían el caso, aunque esa versión fue desmentida por asambleístas y funcionarios de menor rango. En general, el caso “terrorismo” se encuentra en su máximo nivel de ebullición.

Otro problema que está vigente y que aún no ha encontrado solución es el referido al episodio de Chaparina, en el cual está también implicado el ex ministro Sacha Llorenti, a quien se acusa de haber digitado el caso en forma personal, aunque se busca poner fin a la investigación. Es más, Llorenti fue designado embajador ante Naciones Unidas.

Por si esos inquietantes asuntos ya estén causando inquietud en la opinión pública, aún no se ha aclarado el caso del coronel Sanabria, quien en su rango de Jefe de lucha contra el narcotráfico fue descubierto tratando de introducir a Estados Unidos un cargamento de 130 kilos de cocaína, delito que le valió ser condenado a varios años de prisión en una cárcel de EEUU.

Finalmente, otro asunto inquietante es el del jefe de Lucha contra la corrupción, Fabricio Ormachea, quien fue descubierto en un acto de corrupción de gran magnitud en Estados Unidos, al solicitar a un ciudadano boliviano una coima de 30.000 dólares para hacerle beneficiario de facilidades judiciales. Ormachea fue descubierto “con las manos en la masa” luego de recibir 5.000 dólares de la víctima, lo que le valió ser sometido a la acción judicial y recibir la sentencia de 3 años de cárcel.

En esa forma, esos cuatro asuntos (además de otros), que preocupan a la población en su conjunto, se espera sean transparentados y no sigan un peligroso proceso de maduración.