Una historia diferente

El siguiente periodo histórico que caracteriza Luis Antezana Ergueta, en su libro “Historia económica de Bolivia – De Túpac Katari a Evo Morales”, es la caída del imperio europeo como resultado de la total desaparición del sistema de libre comercio colonial español, que trajo consigo el derrumbe de la monarquía española “por la invasión a la Península Ibérica de los ejércitos de Napoleón”, motivado por el propósito de derribar el sistema del libre comercio en Europa e Inglaterra.

Inglaterra con la pérdida del comercio con Norte América, esto es, la pérdida de sus colonias, requería el mercado cautivo de los españoles, la divisa fue: “América libre en lo posible, pero inglesa (Canning)”. Como resalta el historiador: “los renombrados motivos revolucionarios de 1809 en el Alto Perú no se debieron, pues, únicamente, como se afirma en aspectos pedestres, a aspectos secundarios”. Como el acabar con los abusos, la violencia a los nativos, etc., sino otros que eran la causa de aquéllos. En suma, era una necesidad de las clases urbanas para romper la asfixia que les producía un modelo económico que nos les permitía el desarrollar su capacidad productiva. Un enfoque realmente novedoso.

Él refuerza esta idea señalando que el levantamiento étnico de Túpac Katari (1781) fracasó debido a la falta de colaboración de la población urbana. A diferencia de 1809, cuando “el sector urbano revolucionario, de Chuquisaca, no se enfrentó sino más bien insistió en aliarse con indígenas y solicitó su respaldo”. Algo similar habría acontecido con el levantamiento paceño de 1809 que requirió la presencia indígena, para demostrar lo cual recurre a Carlos Montenegro, quien destaca que a instancias de Pedro Domingo Murillo se incorporaron a la Junta Tuitiva representantes indígenas de las regiones paceñas.

Una cita de Jaime Zudáñez refuerza todo lo anterior: “la Metrópoli quiere que no tengamos manufacturas, ni aun viñas, y que todo se lo compremos a precios exorbitantes y escandalosos que nos arruinan”.

Antezana resume su interpretación sobre este periodo histórico señalando: “los siguientes quince años de guerra contra el coloniaje y por la libertad del Alto Perú no fueron sólo un suceso militar, ni mucho menos. Tuvieron también contenido económico de extraordinaria significación, porque terminaron de destruir lo último que quedaba de la economía, hasta que no quedó piedra sobre piedra”.

En esta última etapa de relación colonial, un primer paso fue el hecho de que la acuñación de moneda pasó del dominio español a la naciente República, lo que favoreció al Estado y los bolivianos, aunque la nación recién fundada estaba en una situación económica lamentable, aún peor que antes de su fundación, lo cual llevó a algunos a pensar que tal vez era ¡“preferible retornar al anterior estado de cosas”!

En la primera etapa de la presidencia de Simón Bolívar se dictó el libre comercio, rebajando las tarifas aduaneras a los productos europeos que llegaban por los puertos de Arica y Buenos Aires. Esto favoreció las importaciones de Europa, con lo cual nuevamente el aparato productivo de la naciente República se vio afectado, lo cual originó protestas de la población.

La solución vendría de la mano de la Presidencia de ese genio político – militar, el general Mariscal Andrés de Santa Cruz (1829-1839), quien dio lugar a una etapa de gloria a Bolivia, gracias a un ingrediente simple, una política monetarista que hizo funcionar la economía nacional con extraordinario éxito, ubicando a Bolivia, en poco tiempo, en la situación de una potencia económica y militar en la región. Pero, esta Historia continuará…