En forma paralela a la inauguración del Campeonato Mundial de Fútbol y con un gasto de más de 50 millones de bolivianos, durante dos días de esta semana se realizará, en la colonial ciudad de Santa Cruz de la Sierra, la Cumbre G77 más China, dependencia de Naciones Unidas, bajo la presidencia pro témpore del mandatario boliviano, Evo Morales.
Para el evento preparado durante cuatro meses con gran despliegue de funcionarios y obreros, el Gobierno destinó cuantiosos recursos para diversas obras en la capital cruceña, las cuales servirán para dar buena imagen y seguridad a unos tres mil personajes venidos de diversas partes del mundo, por invitación expresa y pagada por el Estado boliviano que, de momento, atraviesa bonancible situación económica debido a los altos precios de las materias primas de exportación, en especial de gas, cuyo precio pasó en los últimos siete años de uno a diez dólares, como promedio. Cosa parecida ocurrió con el estaño y otros minerales.
Con el objetivo de realzar la imagen del país, la sede de la Cumbre 77 fue objeto de acelerada realización de algunas obras camineras, edificios, planes turísticos, mejora de aeropuertos, incremento de la seguridad pública, movilización de refuerzos militares e incremento de las fuerzas policiales, apertura de oficinas especializadas, adquisición de equipos de inteligencia, etc.
Por los millonarios gastos para el evento que durará dos días, el Ministerio de Economía transfirió recursos del Tesoro General de la Nación, por más 42 millones de bolivianos. El decreto emitido al respecto autoriza al Ministerio de Relaciones “cubrir los gastos de pasajes y viáticos de personalidades, intelectuales notables y representantes, acreditados, que asistan a la Cumbre por tratarse de una relación entre Estados”. Para costear los pasajes y viáticos de esas decenas de “invitados”, sólo el Ministerio de Relaciones gastará del total asignado 26 millones de bolivianos, erogación que de no realizarse hubiera significado que numerosas delegaciones no se hagan presentes en el concilio.
Mas, pese a los ingentes gastos y despliegue de recursos, la Cumbre pareciera que no tendrá la proyección esperada, pues sólo llegarán al país presidentes de 33 naciones, mientras los otros 40 países sólo enviarán delegaciones especiales, delegados a NNUU y embajadores acreditados en Bolivia, todos ellos gozando de pasajes y viáticos, porque en caso contrario, no estarían presentes en Santa Cruz. En esa forma, la Cumbre 77 podrá terminar sólo como la “Cumbre 27 menos China” o sea sin asistencia de presidentes de unos 40 países que forman el G77.
Para reducir la importancia de esa reunión, no asistirán los presidentes Correa, de Ecuador, Maduro de Venezuela, Bachelet de Chile y se duda de la presencia de Cristina Kirchner de Argentina y otros. También se anunció que tampoco estará presente el presidente chino.
La reunión Cumbre no ha dejado de originar críticas. La diputada Rebeca Delgado manifestó que el sabio concilio no traerá beneficio para el país, más allá de alguna infraestructura para Santa Cruz, mientras se ha olvidado al resto del país. Agregó que la costosa asamblea no es “vinculatoria” y sus decisiones no son de obligatorio cumplimiento. Además ofreció presentar un recurso legal indicando que si existen gobiernos que quieren enviar sus representantes lo hagan con su propio dinero y no con dinero de los bolivianos. “La Cumbre es un insulto a los bolivianos”, comentó.
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