La evasiva chilena de siempre

La estrategia transandina, implementada por el anterior y actual Gobierno, en relación con la demanda marítima boliviana, tiende a persuadir a la opinión pública regional y mundial, en sentido de que el Tratado de 1904 puso fin al diferendo que distanciaba a ambos países.

En este contexto, Chile ha reiterado, mediante el canciller Heraldo Muñoz, esa postura, luego de que el titular del Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia conminara a dicho país a dialogar sobre el tema, en el marco de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), que se realizó en Paraguay (EL DIARIO, junio 5, 2014).

Con el mismo tono, anteriormente Muñoz dijo: “Lo que está claro es que vamos a defender nuestros intereses, vamos a defender el Tratado de 1904, que es el que determina los límites con Bolivia y, en definitiva, entonces, lo que aquí prima es el respeto a los tratados“ (EL DIARIO, mayo 24, 2014).

“El Tratado de 1904 debe ser respetado y esta Presidenta actuará como siempre ha actuado. La política exterior es una política de Estado”, acotó Michelle Bachelet, la primera autoridad chilena (EL DIARIO, mayo 22, 2014).

En consecuencia Chile, esgrimiendo el argumento de que el tema marítimo fue zanjado con la firma del Tratado de 1904, pretende ahora eludir el recurso legal que Bolivia planteó en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, con férrea unidad nacional. Asumió esa actitud con la esperanza de recuperar aquello que le pertenecía legítimamente hasta 1879, cuando se produjo la invasión anglo-chilena, ocasionando el encierro geográfico boliviano, por más de un siglo.

No existe, en verdad, voluntad política chilena para solucionar este asunto que es de interés no sólo de Bolivia sino del hemisferio latinoamericano, por cuanto pone en vilo la paz regional. La afirmación de que el Tratado de 1904 soluciono el diferendo boliviano - chileno no es más que un efugio del agresor.

La presidenta Bachelet, que estuvo involucrada en su anterior gestión en la Agenda de los 13 Puntos, ahora ha cambiado de criterio y se pronuncia por el respeto al Tratado de 1904. Recordemos que uno de los puntos de aquella Agenda se refería, específicamente, al tema marítimo boliviano, que no fue abordado debido a la cicatera acción del país vecino. La presidenta Bachelet, por lo visto, no tiene intención, menos predisposición, para escuchar el clamor nacional, que pide un desprendimiento chileno para acabar con nuestro centenario enclaustramiento, consecuencia de la actitud angurrienta del poder económico del Siglo XIX.

Tanto el señor Sebastián Piñera como la señora Michelle Bachelet, deponiendo actitudes político ideológicas inspiradas en intereses de carácter expansionista de Chile, han elaborado una estrategia para contrarrestar la demanda marítima que Bolivia presentó ante el Tribunal de la Organización de Naciones Unidas, con el objeto de recuperar su salida libre, útil y soberana al Pacífico.

En suma: Chile siempre ha manejado el subterfugio del Tratado de 1904 a fin de perpetuarse en el jirón patrio que nos arrebató mediante una acción vandálica en 1879. He ahí la evasiva chilena de siempre.