Mercado boliviano invadido

El acercamiento del Gobierno boliviano a China ha llegado a un punto que, en cierto modo, pone en riesgo la economía del país, por una peligrosa política de endeudamiento, cuyas consecuencias las afrontarán próximas generaciones. Uno de estos convenios ha sido establecido para la compra del satélite Túpac Katari, con un costo millonario, que no se justifica porque los bolivianos tienen necesidades más urgentes. También sorprende la cantidad de autos chinos importados, así como la invasión al mercado nacional de repuestos baratos y malos en calidad, que no tienen duración garantizada, lo que es un engaño a los que van a locales de venta, por ejemplo en la zona de San Pedro.

Por ello aumenta la cantidad de comerciantes bolivianos que traen de China todo tipo de mercaderías, que son adquiridas con precios bajos y al ser vendidas en el país les dejan pingües ganancias. Debido a que la mercadería china es barata, la industria nacional no puede competir con esos productos, fenómeno que ocurre también en otros países.

En Bolivia esta competencia desleal ocasiona que empresarios de la pequeña y mediana industria, al no poder vender sus productos, cierren sus empresas o fábricas, dejando sin empleo a miles de trabajadores.

Por otro lado, el pago del segundo aguinaldo, instituido por el Gobierno, no ha podido ser cumplido por todos los pequeños o microempresarios, lo que ha dado lugar al despido de trabajadores. Esto tiene un efecto bumerang en la economía nacional, ya que ante el anuncio del pago del doble aguinaldo, han subido los precios de artículos de primera necesidad, afectando especialmente a los pobres del país.

El cierre de empresas se agudiza con el contrabando de productos chilenos por comerciantes bolivianos que introducen a través de la frontera productos de ese país, como enlatados, frutas, manufacturas textiles, etc., con menores precios a los vigentes en Bolivia. Esta situación nos hace ver que a Chile le conviene mantener el enclaustramiento boliviano, ya que los puertos de Arica y Antofagasta dan vida a la economía chilena, mediante el contrabando a cargo de malos bolivianos.

Por lo mencionado, es urgente que los organismos oficiales de Bolivia controlen la entrada de mercadería china o chilena, a fin de evitar la muerte de la industria nacional y la desaparición de fuentes de empleo.

El autor es Profesor Emérito de la UMSA.