¿Otra vez Finsa?

Hace décadas una especie de financiera ingresaba en un gran escándalo económico. Dicen que los pueblos no tienen memoria, pero tratemos de recordar -para que no caigan en engaño las nuevas generaciones y los ingenuos que todavía existen- lo que pasó con esa institución llamada “Finsa”.

Bolivia estaba sumida en una gran crisis económica que se arrastraba desde tiempos de la UDP (Unión Democrática y Popular al mando de Hernán Siles y Jaime Paz en 1983) y en esa época un gobierno posterior, del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), para solucionar la crisis económica, con una de las más grandes inflaciones, nunca antes vista a nivel mundial, planteó el despido de miles de mineros (relocalización), para alivianar las cargas económicas sobre las arcas del Estado boliviano, con la implantación del famoso Decreto 21.060 (“los precios de productos los fija la oferta y la demanda”), ¿seguirá hasta ahora? Así se despidió a miles de mineros estatales dándoseles sus respectivas liquidaciones.

Así, pues, aparecieron instituciones privadas captadoras de estos fondos, una fue Finsa. Y la pregunta debió ser cómo captar dineros de las liquidaciones de esos miles de ingenuos sin trabajo. La respuesta en estos casos siempre es ofrecerles altísimos intereses, incompatibles con las reglas económicas mundiales, porque los dineros captados debieron ser invertidos en rubros que arrojen ganancias mayores a los intereses y al parecer lo máximo que se hizo es comprar inmuebles y vehículos (éstos pierden se deprecian velozmente). Habrá que ver en qué más se invirtió para aprender de estos “genios” del área económica.

Ofreciendo intereses altísimos se logró captar millones de dólares americanos. Las personas que habían depositado su dinero en Finsa seguramente decían: “viviré sin trabajar, de mis intereses”.

Seguramente en los primeros meses se les dio sus intereses, “para que pasen la voz y poder captar más ingenuos”. Pero pasaron los meses y Finsa entró en quiebra, ya que había roto varias “reglas económicas mundiales”.

Cómo no iba a quebrar, si en esa época hasta bancos bien consolidados lo hicieron. Juicios por quiebra de esos bancos inclusive llegaron al Congreso Nacional. En uno de los casos, el dinero prestado no tenía buenas hipotecas (y eran al parecer “préstamos vinculados”), de esta manera el dinero no se lo podía recuperar fácilmente para devolverlo a la gente perjudicada. ¿Y el Estado boliviano se hizo cargo de las quiebras privadas?, si así fue, ¿por qué no se hizo cargo de la quiebra de Finsa o de una cooperativa de Santa Cruz?

En este punto inclusive recordemos cómo hasta el año 2013, bancos en Europa entraron en problemas arrastrando a ese continente a una crisis económica. Analicemos cómo el boom de la economía española pudo haber repercutido inclusive hasta en el repunte de su fútbol y que al desaparecer ese boom, inclusive su selección de fútbol perdió en los últimos días en Brasil.

Finsa al parecer había comprado varios bienes. Posteriormente uno de sus propietarios apareció muerto en vía pública.

La gente, al igual que ahorristas de algunas cooperativas de hoy (en Santa Cruz), pedía la devolución de su dinero, pero no se les devolvía.

Hubo elecciones presidenciales y el MNR ofrecía solucionar el problema de la gente que reclamaba su dinero (claro está, seguramente siempre que ese partido sea elegido). ¿Las personas que dejaron dinero en Finsa habrán recuperado su capital inicial?, ¿cobraron los altísimos intereses que se les ofreció inicialmente?

Han pasado décadas desde lo ocurrido con Finsa y en la actualidad se presenta el caso o casos de cooperativas, principalmente en Santa Cruz.

Y preguntamos ¿dónde está el Estado con genios en el área económica para controlar a estas llamadas cooperativas? ¿Dónde estaba el Estado para controlar a Finsa? No nos centremos sólo en el área económica, sino en otras áreas como la educativa, por el caso de los “anticréticos” para aprender inglés y otras áreas como salud, transporte, etc., donde el ciudadano común se ve amenazado y estafado. Un ejemplo es el bullado caso de extorsión a un empresario en Miami.

Lo que debemos aprender con este caso es que “no debemos ser tan ingenuos” y que al parecer en varios casos “no existe el Estado”. La pregunta es si existen los tan mentados genios de la economía, si hasta los bancos europeos en 2013 entraron en una “debacle” (no hemos nacido ayer), pagando el plato roto, principalmente Grecia.

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