Cuando a uno le preguntan, por ejemplo, cuáles han sido los diez libros que le cambiaron la vida, el impacto de la misma es como un recto a la mandíbula. Cualquiera, menos avisado, podría decir que un libro no le cambia la vida a nadie. Pero resulta que, en aquella etapa en la que uno todavía está en la educación sentimental, sí hay lecturas que lo transforman. Puede que, en rigor, no sean todas obras maestras. Influyen factores disímiles, emociones de adolescencia, enamoramientos frustrados, alguna casualidad. La soledad que acecha…