La Cumbre G77 + China venida a menos

Pese a su importancia internacional, la reunión del G77 más China resultó deslucida y sin la proyección que esperaban darle sus auspiciadores, en particular el mandatario boliviano Evo Morales, Presidente pro témpore de ese organismo de Naciones Unidas, quien dispuso que el evento, que duró sólo dos días, fuese llevado al más alto nivel y para el que se gastó millones de dólares.

La Cumbre realizada en Santa Cruz resultó inadecuada debido a la mala organización y, a la vez, inoportuna por la fecha para la que fue convocada. En primer lugar, resultó poco menos que impertinente porque en los mismos días que se reunían los presidentes y delegados de países extranjeros, empezaba el Campeonato Mundial de Fútbol en Brasil y, por si fuera poco, en la ciudad de La Paz se realizaba la faustuosa entrada del Gran Poder, acontecimientos ambos que atrajeron la casi totalidad del interés de la población que dejó en último plano el concilio de la capital cruceña.

El sabio conclave no contó, por otro lado, con la presencia de presidentes de otras naciones, excepto diez o doce, algunos de los cuales se limitaron a hacer acto de presencia en la ceremonia inaugural, así como se notó la ausencia de numerosas delegaciones que, pese recibir invitaciones especiales, así como el pago de pasajes y de viáticos, brillaron por su ausencia y otras apresuraron su retorno a sus respectivas naciones.

En todo caso, uno de los actos tanto o más importantes del evento fue la celebración del aniversario natal del señor Ban Ki-moon, a quien se le hizo una serie de festejos, regalos, discursos y presentaciones de prensa, resaltando, en esa forma, los importantes servicios que presta a la comunidad internacional desde la dirección de Naciones Unidas.

La asamblea también fue menguada por una intensa y violenta lluvia que cayó sobre la sede de la reunión, la misma que duró dos días, inundó las calles y caminos y dificultó el aterrizaje de los aviones que traían a los distinguidos visitantes. El factor climático fue uno de los factores externos que más menoscabó el suceso, fenómeno que bien pudo haber sido previsto por sus organizadores, ya que es conocido que los surazos de invierno en Santa Cruz tienen temporada fija y se caracterizan por el intenso frío. Además, se pudo haber consultado a Senami y hasta el Almanaque Bristol que pudieron prever el mal clima para esos días.

De otro lado, restando lucimiento a la reunión, en el centro de la ciudad de Santa Cruz se producía la huelga de hambre de decenas de personajes y en forma paralela se celebraba una Asamblea de Pueblos Indígenas; mientras en La Paz ocurrían incidentes como reacción al mapa electoral, etc., considerándose que reinaba un estado de convulsión general.

Otros aspectos destacables que quitaron brillo a la reunión de los G77 más China fueron: la ausencia del Presidente de China; la aprobación de una abstracta Declaración que deberá ser previamente estudiada y aprobada por la Asamblea de Naciones Unidas; la prodigalidad en el gasto en algunas obras por valor de 20 millones de dólares y ni qué decir el aparatoso despliegue de alrededor de cinco mil policías y militares. En fin, tan importante suceso pudo haber tenido verdadero éxito, pero no fue así por no tomarse las previsiones del caso.

Finalmente, la Cumbre tuvo algunos resultados positivos: dejar en la ciudad oriental una nueva infraestructura, el conocimiento de valiosas experiencias para realizar actos de esta naturaleza y el anuncio de un “nuevo orden mundial” con base en el vivir bien. Así, la publicitada Cumbre G77 más China, que significó millonarios gastos, muchos suntuosos, en síntesis más se pareció al parto de los montes.