A raíz de la demanda jurídica sobre derechos no reconocidos, presentada por Bolivia contra Chile, para obligar a ese país a negociar seriamente, sobre bases jurídicas, la legitimidad del derecho que Bolivia tiene a contar con un puerto soberano, con continuidad territorial con el suyo, nuevamente los gobernantes chilenos recurren a la mentira y al engaño para quedarse con el Litoral arrebatado a Bolivia hace 135 años. Esa misma política la ha realizado desde antes del inicio de la invasión al puerto de Antofagasta y de toda la costa boliviana sobre el océano Pacífico; pues Chile, con mala fe, bautizó como Atacama a una parte de su territorio colindante con el nuestro, para hacer creer, tanto a su población como al mundo, que antes de su acto de piratería, tenía una provincia con ese nombre.
Hoy a través de los medios diplomáticos y periodísticos va diciendo que Bolivia tiene acceso a los puertos chilenos, para realizar tanto sus importaciones y exportaciones con base en el Tratado de l904 y, que, por eso, nuestro país no puede reclamar algo que ya tiene. Pero Bolivia no reclama ante esa Corte Internacional de Justicia el cumplimiento del Tratado de paz, impuesto por Chile. Lo que pide es la revisión jurídica de los derechos que, como país nacido con costa marítima, sobre la base del Utti Possidetis Juris, con el cual llegaron a la independencia todos los países de Iberoamérica, incluido Chile, nos corresponde.
La conciencia chilena de que le arrebató a Bolivia el único y extenso territorio que la conectaba con el mar, desde hacía miles de años, ha hablado varias veces y nos da pie jurídico para sostener la demanda, pues Chile ha reconocido en muchas oportunidades que Bolivia tiene derechos no resueltos acerca de la pérdida de su litoral; como por ejemplo, antes de la invasión a Antofagasta, en secreto, el gobierno de Aníbal Pinto envió un agente confidencial que ofreció a Bolivia quedarse con los territorios de Arica y Tacna a cambio de no intervenir en la guerra con el Perú. Bolivia, fiel a su compromiso, se negó a aceptar semejante propuesta. ¿Quién ofrece territorio ajeno a un país si no es sabiendo que esa nación, Bolivia, tiene un litoral que la conecta con el mar, y quiere apoderarse de él? Ese hecho nos muestra la mala fe de Chile, pues iba a usurpar, como lo hizo, territorio peruano para compensar la apropiación indebida del litoral boliviano, siempre que nuestro país dejara de cumplir el tratado suscrito con el Perú, que lo obligaba a auxiliarlo en caso de guerra.
Una vez concluida la Guerra del Pacífico, representantes de Chile, Perú, Bolivia y EEUU se reunieron en el barco Lackawanna, de bandera estadounidense, para tratar este y otros problemas; posteriormente, Chile ofreció a Bolivia la caleta Vítor, para que allí construyera un puerto seguro y soberano sobre el Pacífico. Esa oferta ya había sido aprobada por el Congreso chileno y únicamente esperaba la aceptación boliviana para que fuera sancionada; pero nuestros políticos de entonces la rechazaron. De todos modos, ¿Algún país ofrece así, de buenas a primeras, una parte de su territorio para que su vecino construya un puerto, si ese vecino no tiene derechos pendientes con el oferente? Eso significa que implícita y explícitamente Chile tiene conciencia de los derechos bolivianos sobre la costa, que todavía no están resueltos con justicia.
Más tarde, ya en l950, durante el gobierno chileno de Gonzales Videla, el gobierno chileno entró en conversaciones con los gobernantes bolivianos de entonces, y cuando ese diálogo estaba a punto de llegar a un acuerdo, ofreció canjear una parte de su territorio, al norte de Arica, a cambio de parte de las aguas del lago Titicaca para regar el valle de Azapa. Ese canje se frustró debido a que el lago es compartido con el Perú, que se opuso al mismo. Más tarde, nuevas ofertas durante el gobierno de Alessandri, finalmente, el famoso abrazo de Charaña, son una muestra del reconocimiento de Chile acerca de los derechos de Bolivia sobre el Pacífico.
Por otra parte, si se habla de cumplir tratados, los cuales, en la mentalidad de los gobernantes chilenos, son irrevisables y se los debe cumplir a cabalidad en todo momento, ¿cuántas veces ese país ha incumplido el Tratado de 1904, que le da a Bolivia libre tránsito a la mercadería que reciba o envíe a ultramar? ¿Chile tendrá el valor de hacer las cuentas de la multitud de veces que lo ha violado unilateralmente?
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