Gobierno de unidad nacional

En unos meses el pueblo boliviano acudirá una vez más a las urnas para elegir a los gobernantes que en un quinquenio ejercerán el poder político del Estado, es decir administrarán los intereses de todos los ciudadanos. Las opciones partidistas y de frentes nos llevarán a elegir entre los actuales gobernantes, que ya están más de ocho años en el poder y lo que pueda ofrecer la oposición, que parece que presentará dos candidaturas, lo que puede determinar su fracaso, pues el oficialismo tiene las ventajas que da el poder.

Si bien es cierto que el comportamiento del electorado en octubre próximo estará polarizado, entre la candidatura oficialista y la que más represente a la oposición al régimen, este comportamiento agudizará aún más la división del pueblo boliviano, debido a las características del actual régimen de gobierno, que al igual que otros gobiernos populistas de izquierda en Latinoamérica, tiene a la cabeza un caudillo que por sus posturas radicales genera sentimientos antitéticos de adhesión ciega o rechazo absoluto. Además, la lucha política partidista y regional de estos años, ha dividido a la sociedad entre área rural y urbana, regiones orientales y occidentales (atemperadas en este último tiempo), de corte étnico e ideológico (supuestas derechas e izquierdas).

De acuerdo con la doctrina de seguridad nacional moderna, las amenazas a ésta no sólo se originan en el exterior, es decir fuera de las fronteras nacionales, sino también en lo interior y precisamente una de las amenazas y riesgos más graves es la ausencia de unidad o entendimiento en el pueblo, y peor si esta división corre el riesgo de la confrontación en posiciones irreconciliables.

Frente a este cuadro de división, el próximo gobierno que emerja de las urnas deberá conformar un gobierno de unidad nacional, es decir que en el poder del Estado estén presentes las principales fuerzas políticas, los representantes de las regiones y de los sectores sociales más importantes. Para esta unidad proponemos las siguientes ideas.

En lo ideológico se debe dejar de lado las falsas posturas de izquierdas y derechas, priorizando los intereses de la Patria, que no son otros que el nacionalismo que busca el bien de la nación boliviana, con un régimen de gobierno que represente a todos los bolivianos, y no sólo a algunos grupos sociales.

Una democracia “consociativa” o de consenso social, donde todos los factores de la producción y grupos sociales de la sociedad civil logren consenso sobre un programa de gobierno democrático, basado en el estricto cumplimiento de las leyes.

La presencia del pueblo en todas las instancias del poder político y los órganos de poder, no sólo a través de los asambleístas, sino de consejos ciudadanos de participación social, que por períodos anuales intervengan en los diseños de políticas públicas, su implementación y control y fiscalización.

Un modelo de economía mixta, donde el Estado sea el promotor del desarrollo y maneje la actividad estratégica, dejando a la iniciativa privada todo lo demás. Toda la actividad económica responderá a una planificación quinquenal.

Reconstrucción de la institucionalidad en el Estado y del Estado, que logre instituciones públicas y privadas efectivas, eficaces y eficientes, administradas por los más honestos y capaces profesionales bolivianos.

Una eficaz autonomía de los departamentos y autarquía de otras instituciones que hagan posible el desarrollo pleno de sus regiones, municipios, universidades, etc.

La universalización de la Seguridad Social en las prestaciones de corto y largo plazo, que asegure la salud y bienestar de la población en todos sus sectores sociales.

Una reingeniería del Órgano Judicial y de la Policía que garantice una justicia independiente, eficaz y justa, y una seguridad ciudadana afectiva.

Una administración de los recursos e intereses públicos, ajustada a los planes y programas de inversión y normas de administración y control fiscal, dejando de lado el despilfarro y caprichos mesiánicos del gobernante de turno.

Promover la seguridad y soberanía alimentaria del país, reconvirtiendo al área rural en zona de producción de alimentos y evitando el abandono de la labor productiva.

Enérgica lucha contra la corrupción y descomposición social, comenzando por una educación cívica patriótica y aplicando la ley por encima del partidismo que protege a sus militantes de la aplicación de la ley.

Se debe volcar los recursos económicos a la educación, la ciencia y tecnología y la salud, pues es el único camino para salir de la pobreza.

El régimen de unidad nacional tiene que convocar a los mejores hombres (varones y mujeres) del país que representen a los partidos, grupos y sectores sociales para conseguir la unidad del pueblo, luego de un régimen de división y confrontación, entre k´aras, t´aras, collas, cambas, derechistas e izquierdistas, etc.

En general hay que poner al Estado al servicio del pueblo y no un órgano de represión como está diseñado y así funciona, pues primero está el ser humano y su bienestar, luego los intereses partidistas o de grupo.

Este breve resumen de programa ideológico y de gobierno fue elaborado para la agrupación ciudadana “Fuerza Cívica Democrática”.