Retorno a las leyes del mercado

En tiempos recientes el comunismo radical que existe en Cuba ha empezado a diluirse ostensiblemente y pasar al capitalismo, en forma parecida a lo que ocurrió en China, que también dio pasos de siete leguas en ese sentido. Ese país estaba siguiendo un proceso de cambios parecidos o iguales que los ocurridos en la ex Unión soviética o bien siguiendo los pasos de algunos países “socialistas” que han virado del socialismo al capitalismo, mediante enérgicos golpes de timón.

Al parecer, tal vez por esa influencia externa, la política del Gobierno boliviano está siguiendo también un proceso de cambio de dirección y del populismo socialista está virando de manera ostensible al capitalismo. En particular, está abandonando, aunque todavía en mínima proporción, su ideología populista de construir el socialismo sobre los saldos de la vieja comunidad de origen preincaico, sin pasar por la etapa capitalista, ideología obsoleta que, por lo demás, ya fracasó a principios del siglo pasado, en la práctica y en la teoría, tanto en Europa como, en tiempos recientes, en Cuba, Venezuela y otros países latinoamericanos.

En Bolivia ese populismo no sólo fracasó ideológicamente sino también objetivamente. Es más, el régimen adoptado que sólo pudo mostrar algunos efectos positivos gracias a los altos precios de las materias primas de exportación (gas, minerales) sigue virando hacia el sistema capitalista, al expresar que se dará mayores garantías a la propiedad privada, que se está abriendo paso a las inversiones extranjeras y otros anuncios parecidos.

Pero el dato más notable de ese viraje al capitalismo y abandono de la ideología populista fue dado por el ministro de Economía, Luis Arce Catacora, quien afirmó que el Gobierno estaba abandonando el modelo del libre mercado que regía hasta que se inició el proceso de la nacionalización, con la restricción de las exportaciones y otras medidas que estaban en aplicación durante los últimos ocho años de gestión.

El aludido Ministro sostuvo que en vista de que los precios de algunos alimentos continuaban con una tendencia alcista desde hace algunas semanas, había visto por conveniente sólo regular los precios de algunos productos como el pan y que no abrirá procesos penales en contra de los especuladores, si es que recibiera previamente alguna denuncia y pese a que se habilitó una línea telefónica para ese propósito.

El viraje económico anunciado por el Ministro de Economía no deja de ser significativo en momentos en que, debido a las restricciones al régimen del libre mercado, han estado produciendo una creciente inflación en todos los sectores de la economía. En efecto, los hechos hacen posible que algunas autoridades cambien sus actitudes ortodoxas y se sometan a lo que es real, como la existencia de las leyes de la oferta y la demanda, tan vigentes como la ley de gravedad y que ni siquiera en los momentos más drásticos del régimen comunista soviético pudieron ser alteradas y que la economía-política comunista tuvo que aceptarlas, aunque cuando se había producido su colapso total.

De todas maneras, el Ministro de Economía puso limitaciones a la nueva posición del Gobierno y explicó que el Ejecutivo regula los precios “estratégicos”, como de combustibles, pan y otros, productos considerados como básicos, “pero debe quedar en claro que el Gobierno nacional no va a entrar a regular todos los productos del mercado… Vamos a intervenir allá donde haya problemas”, afirmó. Son palabras que reducen la efectividad de su nueva actitud, aunque, finalmente, también tendrá que rectificar por la presión de la realidad.