Detalles no conocidos de la vida de Bolívar

De la vida militar, política y romántica de Simón Bolívar existen detalles desconocidos que han sido preponderantes; citaremos los más importantes.

Simón Bolívar descendía de un vizcaíno que llegó a Caracas en 1589, para cuidar la Real Hacienda de Felipe II. La descendencia del vizcaíno veló por sus propias haciendas, de ahí que el padre de Bolívar tenía plantaciones de cacao, café y añil, miles de cabezas de ganado, un ingenio azucarero con cerca de 1.000 esclavos para su manejo, minas de cobre en plena explotación, y una docena de casas, más terrenos en propiedad. Bolívar recibió además como herencia de un primo sacerdote, más casas en Caracas y el Litoral, más tres haciendas de cacao, con sus esclavos que significaban un buen número.

Bolívar era un hombre muy adinerado, su tutor fue Simón Rodríguez, y su maestro el sabio Andrés Bello.

Durante su segundo viaje a Europa, donde deslumbró por su carácter agradable, lleno de simpatía y derroche de dinero, su encuentro con una prima lejana, Fanny, casada con el Conde Dervieu de Villars, le abrió los salones de la nueva nobleza de París.

El idilio con Fany dio lugar a la visita constante de Bolívar a los salones de la Villars. Fany era amante del príncipe Eugenio de Beauharnais, con quien tuvo un hijo de aproximadamente seis años en esa época.

El príncipe era hijo de Josefina de la Tascher, casada con el Coronel Beauharnais. Viuda, más tarde se casó con Napoleón Bonaparte, quien nombró al Príncipe Virrey de Italia. Mimado de Napoleón, participó en varias batallas, incluyendo Marengo; Bolívar hizo amistad con él.

En esos salones también conoció a Talleyrand, que fue Canciller del Directorio, del Consulado y del Imperio, sirviendo al Emperador Napoleón. Talleyrand se adaptaba a cualquier Gobierno, llegando a la Cancillería con Luis XVIII.

En su estadía en Roma, por invitación del embajador español ante el Vaticano, visitó al Papa Pío VII, aliado de los españoles. Bolívar no se arrodilló para besar la cruz que Pío VII lucía en sus sandalias. Al salir del Vaticano, Bolívar comentó: “El Papa no ha de respetar mucho la cruz, para usarla en sus pies”.

En Inglaterra, fracasado un intento de negociación, la comitiva con Bolívar se alojó en casa de un venezolano ilustre, Francisco de Miranda, 33 años mayor que Bolívar, allí se fundó la Gran Reunión Americana, a la que ingresó José de San Martín un año más tarde.

Bolívar siempre manifestaba: “El arte de vencer se aprende en las derrotas”. Y así fue, huyó sucesivamente a Curacao, Jamaica y Haití; en 1818 entregó la dirección de la guerra a José Antonio Páez, más tarde al Gral. Santiago Mariño, y finalmente a Francisco de Paula Santander.

Pero en la Campaña Admirable, en Boyacá, Carabobo y Junín, demostró sus grandes aptitudes de militar y estratega, y dirigiendo a los generales citados logró la independencia de América del Sur.

El Decreto de la Guerra a Muerte, lanzado por Bolívar en 15 de junio de 1813, decía: “Españoles y Canarios, contad con la muerte aun siendo indiferentes, sino obráis activamente en obsequio de la libertad de América”.

Ese decreto contribuyó a que la guerra civil se convierta en guerra nacional y, finalmente, en guerra continental.

Sociedad Bolivariana de Bolivia. Fundada en 1936.