La quema de San Juan, una amenaza para el medioambiente

De acuerdo con el relato bíblico, San Juan Bautista predicó la venida del mesías y lavó los pies a Jesús en el río Jordán, como una muestra de servicio y humildad. Lastimosamente, los bolivianos hemos convertido la fiesta cristiana dedicada a este apóstol en un problema serio para el medio ambiente. ¿Somos gente poco civilizada o carente de una educación apropiada en términos del medio en que vivimos?

De manera rápida veamos la historia de esta antiquísima costumbre en nuestro país. Estoy seguro de que no hay un registro de la primera quema en la víspera de San Juan, sin embargo creo que las primeras luminarias se encendieron en el periodo del coloniaje, cuando el imperio español trajo consigo el cristianismo a América.

Esta costumbre en nuestro país está más correlacionada con lo social que con la fe católica, ya que se dice que se quema para contrarrestar las bajas temperaturas de la noche de San Juan. Naturalmente que en las reuniones familiares la quema va acompañada de consumo bebidas como leche de tigre y otras, costumbre que poco a poco ha ido aumentando con el aumento significativo de la población. Además se usa petardos, “cuetillos” y otros detonantes que son ofertados en los mercados locales, dicen para amenizar estas reuniones sociales.

Bien, las medidas restrictivas y los controles de las autoridades a esta perniciosa costumbre son numerosos, y van desde resoluciones que prohíben la quema hasta sanciones de 800 Bs. para los infractores, que de hecho nunca se cumplen. En consecuencia estas disposiciones legales son casi inexistentes, insulsas y sin valor práctico, por lo que la quema y el deterioro ambiental continúan.

Asimismo, el Gobierno Municipal de La Paz a través de la Dirección de Gestión Ambiental ha informado que han sido desplazados en la urbe paceña 10 telecentros de control ambiental para detectar fogatas. Paralelamente se dispuso de un centro de monitoreo, para medir el grado de contaminación atmosférica. También se dio el número de red 114 para fines de detección y notificación de los infractores. Finalmente se hizo un desplazamiento espectacular de personal, es decir de 303 guardias municipales, y 300 personas de grupos especiales, entre los que figuraron voluntarios ambientalistas, bomberos, efectivos policiales y la policía militar.

Ahora veamos cuál fue el resultado de este operativo de control de las instituciones ligadas al tema. Los profesionales y la gente común observaron que el efecto es totalmente ineficiente, por no decir cero, ya que se ha podido observar una atmósfera totalmente contaminada, con olor a humo, con emisiones altas de C02 y otros gases tóxicos, aunque para consuelo se informa que los niveles de contaminación fueron significativamente menores al año anterior, a diferencia de los distritos de Cochabamba y Sucre, donde se señala una duplicación (116% más) de los niveles normales, es decir sin quema en San Juan.

Frente a este dramático cuadro, las autoridades del sector no encuentran justificación lógica para el no cumplimiento de las ordenanzas municipales, ni para los resultados nulos del desplazamiento del personal pertinente y equipos usados en la detección y control de fogatas.

Para concluir, lo que debemos hacer en el futuro es:

- Controlar de manera permanente las quemas e incendios, es decir durante todo el año, no sólo en San Juan.

- Las instituciones involucradas deben articular su trabajo de manera seria y responsable, incluyendo los que dicen proteger a la madre tierra o Pachamama, sin demagogias políticas.

- La investigación en el campo ecológico tiene que ser importante en temas como el chaqueo sin quema y otros ensayos, además que se debe dar incentivos a los agricultores y ganaderos para que apliquen resultados de investigación.

- Concientizar a nuestra gente en escuelas, colegios y universidades, además que se debe instruir en el hogar sobre la importancia de la preservación del medio ambiente.

- Finalmente, aplicar medidas coercitivas, con sanciones, para el cumplimiento de resoluciones y ordenanzas.

El autor es Ingeniero Agrónomo.

Hugomenpe@hotmail.com