Con más de un millar de invitados, el nuevo encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos de América, Peter Brennan, y su esposa, Elizabeth Brennan, celebraron los 238 años de la Independencia de su país, en los jardines de la Embajada, los cuales fueron elegantemente vestidos con los colores de la tricolor estadounidense.
Fue una gran convocatoria que dejó contentísimo al anfitrión, quien ratificó su satisfacción de encontrarse en el país disfrutando de la hospitalidad boliviana que -según dijo- lo dejó impresionado, además del espíritu emprendedor de los bolivianos, sus magníficas montañas, sus áreas tropicales y exuberantes, y su cocina deliciosa, en especial las salteñas, comentó.
Durante su discurso, luego del saludo en aimara, el diplomático estadounidense expresó también su mejor predisposición de construir la próxima fase de las relaciones entre Estados Unidos y Bolivia.
"Para los estadounidenses, el 4 de julio es un tiempo de celebración, una celebración de nuestra libertad e independencia, un tiempo para recordar los sacrificios que se han hecho para garantizar la libertad y también para reflexionar sobre la forma de sustentar los valores sobre los cuales se fundó los Estados Unidos. La nuestra fue una revolución que devolvió la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad, valores universales compartidos en todo el mundo. Estados Unidos y Bolivia comparten estos valores, nuestros dos países tienen muchas cosas en común y me encuentro hoy para reafirmar el compromiso de Estados Unidos para hacer avanzar una agenda compartida basada en intereses y respeto mutuo, para promover la inclusión social y económica, para promover la preservación de la madre tierra, para mejorar la seguridad ciudadana y fortalecer las instituciones democráticas” destacó.
El grupo Efecto Mandarina le puso el toque festivo a la celebración patria.