Fuentes del ejército israelí aseguraron el domingo que Israel está preparado para hacer frente a cualquier eventual ola de violencia. El lema del gobierno de estas pasadas semanas "A la calma responderemos con calma" ya es historia. Israel no espera que cese la lluvia de cohetes desde Gaza. Por el contrario, se prepara para un agravamiento de la situación.
El ejército ha llamado a 1.500 reservistas para que se vayan incorporando a filas en los próximos días en la frontera con Gaza, mientras que se ha avisado a los vecinos de las localidades cercanas a la franja que estén siempre a escasos metros de distancia de refugios contra cohetes. En otras ciudades sureñas más lejos de la franja, como Bersheva, el Gobierno ha pedido que se cancelen reuniones y eventos de más de 500 personas, mientras que solamente permanecerán abiertos los colegios que tengan zonas protegidas. Estos preparativos se deben a la reciente escalada de las hostilidades, después que ayer cayesen 50 cohetes y morteros desde Gaza en menos de 24 horas, publicó ABC.es
Hamás ahora culpa a Israel de la muerte de siete militantes de las brigadas de Al Qasam, el brazo armado de Hamás, que fallecieron al explotar un túnel desde la franja hasta territorio israelí. Según informes palestinos en Gaza, la aviación bombardeó el túnel, aunque el ejército israelí aseguró que se trató de un accidente. Hamás ha asegurado que Israel "pagará el precio por la escalada de violencia” del ejército de Israel.
“El incidente ocurrió cerca del paso de Rafá, y lo que pasó fue que Israel ya había localizado el túnel y estaba preparado para detonarlo. Los militantes llegaron antes y debieron de tocar los explosivos”, ha declarado el portavoz del ejército israelí, el capitán Roni Kaplan, por teléfono.