La carencia de alimentos y, mucho más, el encarecimiento de los existentes, crea graves preocupaciones a la familia boliviana. El encarecimiento de comestibles es cada vez mayor porque los mercados muestran precios que suben de día en día y no hay nada que pare el deseo especulativo de los comerciantes que han decidido salir de pobres -hecho que hace tiempo han dejado de ser- en el menor lapso.
Mucho se ha comentado sobre elevación del precio de alimentos que, más o menos en la proporción del 60%, son importados del Perú, Chile y Argentina debido a que muchas poblaciones rurales del país han dejado de producir aduciendo que los “precios son bajos y que no hay relación entre los costos de obtención en las áreas rurales y los precios de venta”; también se sostiene que son los intermediarios los que suben excesivamente los precios.
En muchos casos, especialmente en las regiones que cultivan coca, se ha sustituido el cultivo de frutas y alimentos por la coca que tiene precios elevados y que conviene más a la economía de los agricultores. Lo grave, triste y frustrante de esta situación es que no hay autoridad que ponga coto al abuso de los comerciantes y, mucho menos, de los intermediarios que hasta triplican los precios porque consideran que “el que tenga plata que compre”. Algunos sectores de campesinos sostienen: “mucho tiempo hemos soportado los precios bajos y ahora debemos resarcirnos de las pérdidas ocasionadas”.
El mayor encarecimiento de precios de la “canasta familiar” influirá notoriamente en la inflación, pese a que las autoridades sostienen que ello no ocurrirá no obstante experiencias antiguas no sólo del país sino del mundo en general en sentido de que “toda elevación de precios en artículos de uso y consumo, promueve inflación”. Las experiencias sufridas por nuestro país son muchas y baste recordar, por ejemplo, que en los años 54 a 56, debido al proceso inflacionario, hasta se importó papas de Holanda (pese a que mercados vecinos ofrecían precios mucho más bajos) que tenían altas cotizaciones, pero como beneficiaban a la “célula de importadores del MNR” había que mantener esa situación que, de todos modos incrementó el proceso inflacionario.
Por principio, por no producir o, peor, por preferir los cultivos de coca que en su mayoría sirve para la fabricación de cocaína, no se debe pasar por la tragedia de ver que el dinero que se tiene no alcanza para satisfacer las necesidades más premiosas porque “el mercado se lleva la mayor parte, debido a que ha subido precios excesivamente en los últimos meses” y, por el contrario, los sueldos y salarios no han tenido los incrementos como para compensar esas elevaciones.
El Gobierno, por su responsabilidad, debería estudiar los mejores medios para evitar más elevación de precios que, de continuar como está, ocasionará serios problemas sociales.
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