Senadores y diputados qué hicieron por La Paz

Para nadie es desconocido que el Legislativo es apéndice del Ejecutivo. Las leyes salen de Palacio de Gobierno “cocinadas” rumbo a la Asamblea Legislativa para ser aprobadas sin borrar ni una coma; los diputados y diputadas sólo tienen que levantar la mano y el Senado aprobar sobre tablas, sin chistar. Senadores, diputados, suplentes, asesores y la Brigada Parlamentaria Paceña ¿qué hicieron por La Paz en 8 años de gestión?

Entre tránsfugas sin ética, no dejan el curul, degolladores de canes y otros que dan medallas a diestra y siniestra por figuración, ganan jugosas dietas sin presentar proyectos de real envergadura que favorezcan al departamento paceño. El Complejo Agroindustrial Azucarero de San Buenaventura que arrancó con 306 millones de dólares desde hace cuatro años nada produce. Las zonas yungas que eran regiones turísticas, productoras de cítricos, café y otros se han convertido en inmensos sembradíos de coca, sus productores se benefician más comercializando con narcotraficantes.

Una diputada masista “librepensante” una vez dijo “que para investigar los delitos de narcotráfico, hay que comenzar por el Palacio de Gobierno”. No existe total erradicación de coca ilegal, en parques prohibidos existen sembradíos. Hay “avasallamientos” abusivos, tráfico de tierras, ocupación y asentamientos en diferentes barrios, no se respeta la propiedad privada.

La alcaldía de Palca no quiere resolver el problema de límites, autoriza planos de construcción en barrios de la zona sur, alienta el “avasallamiento” de tierras en Alto Irpavi y Achumani. Hace lo propio Mecapaca en las urbanizaciones de Mallasa y Mallasilla. La alcaldía de Achocalla imita el proceder político partidario. El INE en el censo de 2012 dijo que La Paz tenía 2.741.554 habitantes, hubo dudas, como también existen contradicciones, datos dispersos lanzados por el TSE no reflejan la realidad.

La Paz necesita atención prioritaria en educación, salud y servicios básicos. Colegios y escuelas con infraestructura vieja se caen. Existe un hospital que se construyó en 1952 en el gobierno de Víctor Paz Estenssoro, llevaba su nombre, ahora se llama Hospital Obrero, a la que acuden enfermos de El Alto. Para obtener una cama los pacientes deben esperar turno de un mes. El Hospital La Paz carece de eficiente administración, la Asistencia Pública está sin medicamentos requeridos por los pacientes.

La “carretera de la muerte” a los Yungas está en constante mal estado, por desatención de la ABC, igual que la vía Yucumo-Quiquibey con vehículos atrapados semanas íntegras por el lodo. La cárcel de San Pedro está repleta de ladrones de gallinas y garrafas, no están ahí los señalados por el tráfico de influencias, ni millonarios nuevos ricos, influyentes cocaleros, corruptos, chantajistas y otros.

En síntesis, la ciudad del Illimani muestra un deterioro ambiental peligroso para la salud, convertida en basural insoportable. La Terminal es una vergüenza. El casco viejo histórico es intransitable y también peligroso, vemos caos vehicular, calles convertidas en marchódromos y de folcloristas. El reloj histórico del Legislativo funciona al revés. Así está La Paz de Ayacucho.