Brasil, que había sido humillado por Alemania (7-1) en semifinales, no pudo sobreponerse ayer para alcanzar el tercer puesto en Brasilia y se despidió del Mundial que organizó con una nueva derrota, ahora con Holanda (0-3), terminando en cuarta posición.
Los goles de Robin Van Persie, de penal en el minuto 3, Daley Blind (17) y Giorginio Wijnaldum (90+1) certificaron el entierro definitivo de la selección de Luiz Felipe Scolari, en un torneo en el que Brasil quería sumar su sexto título y tomarse la revancha del Mundial de 1950, que le ganó Uruguay con el célebre “Maracanazo”.
Holanda se ubicó de esta manera en el tercer lugar del podio del Mundial que el técnico Louis Van Gaal casi despreciaba; mientras que para el capitán de la vapuleada selección brasileña, Thiago Silva, era cuestión de honor, una apuesta que el fútbol más laureado del planeta también ha perdido en su propia casa. Ahora tiene cuatro años por delante para trabajar de cara a Rusia-2018 y ofrecer una mejor impresión de la que dejó en 2014.