Músico y poeta Vadik Barrón gana Premio Nacional de Poesía 2013

El jurado calificador del Premio Nacional de Poesía “Yolanda Bedregal” 2013 dio a conocer los nombres de los ganadores de esta convocatoria nacional que fue organizada por el Ministerio de Culturas y Turismo, el Gobierno Autónomo Departamental de La Paz, la familia Conitzer Bedregal y Plural editores; durante conferencia de prensa, ayer.

Guillermo Mariaca, presidente del Jurado, dio lectura al acta, en el que se menciona que por unanimidad el Premio Nacional de Poesía es para el poemario titulado “El arte de la fuga” del autor boliviano Vadik Barrón, que se presentó con el pseudónimo “Ignatius J. Reilly”.

Además, el jurado decidió otorgar Primera mención a “El cuaderno de la Memoria”, que corresponde a Cecilia De Marchi Moyano con el pseudónimo “Seudónimo”, y la Segunda mención, pertenece a “El silencio de las Musas” de Carlos Andrés Gutiérrez, que se presentó con el sobrenombre RA.

Guillermo Mariaca Iturri (presidente), Manuel Vargas (secretario), Alejandro Suárez (jurado), Oscar Gutiérrez Peña (jurado) y Ramón Rocha Monroy (jurado) fueron los miembros del Jurado que se encargaron de la lectura, selección y aprobación de las obras presentadas.

El Decano de la Prensa Nacional ha realizado a distancia una entrevista con Vadik Barrón, quien reside en Europa desde hace dos años, llega a Bolivia ocasionalmente para realizar trabajos artísticos y ha presentado recientemente su último álbum musical “Efectos personales”.

EL DIARIO (ED).- El Jurado Calificador ha destacado en tu obra una consolidación de la poesía contemporánea nutrida de la diversidad del lenguaje. A) ¿Cómo has trabajado en tu escritura este “eje”?

VADIK BARRÓN (VB).- Bueno, no es una búsqueda consciente, creo que uno intenta desarrollar una voz poética, una visión, un lugar desde el que nombra el mundo, el tiempo, la experiencia que le toca vivir. Y creo que un libro, de alguna manera debe cerrar, debe ser redondo, y eso intenté con esta colección de poemas. Pero qué se yo: uno existe como autor cuando es leído y me halaga que se valoren esos aspectos en mi escritura. La poesía contemporánea transita ahora los rumbos y territorios del intertexto, de lo interdisciplinario, del perfomance, del cuerpo y del autor que se postula a sí mismo como obra. Yo en ese sentido, soy a la antigua, leo y escribo nomás. Leo mucha poesía, y narrativa, de distintas épocas, procedencias y tendencias, así como escucho mucha música, pero no de una manera metódica, sino más bien azarosa, íntima, emotiva, y supongo que eso se vierte en lo que yo escribo.

(ED).- Ser un Premio Nacional de Poesía es nomás una responsabilidad fuerte, aparte que hace poco te hiciste de un Eduardo Abaroa con tu música. A partir del “Yolanda”, y aunque suene apresurado, me arriesgo, ¿tienes algún proyecto distinto para trabajar estas pasiones tuyas: música y poesía?

(VB).- Bueno, actualmente tengo, aparte de este, dos poemarios inéditos, uno berlinés y otro paceño, que iré trabajando este año. Y tengo un nuevo disco, y otro por editar de aquí a unos meses. Me gusta e interesa producir, dejar algo, aportar desde el lugar de uno, que es al final, pequeño, personal, pero intenta hacerse parte de algo más grande, que es la vida, el arte, la cultura del país. Creo que las intersecciones entre los ámbitos y los recursos de la música y de la poesía pueden producir cosas fascinantes para quien las trabaja y al menos interesantes para el público. Yo trato de nutrir a mis canciones con poesía, y de sonoridad, ritmo y onda a mi poesía. Son dos cosas que me divierten, me apasionan y me mantienen ocupado. Prefiero disfrutar del premio, del momento y de la oportunidad de que me den más bola que asumir esto como una carga. Por supuesto que estoy feliz y honrado, pero lo tomo con calma.