Nuevas generaciones de Chile con otra visión

A medida que surgen las nuevas generaciones en Chile, con una visión integradora, capaz de promover confianza, amistad y la paz, entre los pueblos que configuran el Cono Sur, la mentalidad expansionista y depredadora del país vecino se va disipando.

Y es que las históricas proyecciones de integración regional y mundial, consensuadas en reuniones y foros internacionales, no sólo han tenido la virtud de sensibilizar sino que crearon conciencia en las nuevas generaciones de Chile, en torno al encierro geográfico boliviano, consecuencia de la reprochable invasión anglo-transandina, al Litoral boliviano, en 1879. Por ello aquéllas, con mucha diferencia en comparación con sus antecesores que consumaron la toma de ese jirón patrio, reiteraron su respaldo incondicional a la causa marítima, cuya demanda presentada por Bolivia en abril de 2013, corre en los estrados de la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya.

Obviamente que existen sectores reacios a esta postura ciudadana que toma cuerpo a favor de nuestra reivindicación marítima.

Nuevas generaciones de Chile surgieron con espíritu de confraternidad, que agrega y no disgrega como quisieran los designios saqueadores. Contribuyen a profundizar el entendimiento boliviano-chileno, alejando el fantasma de la animadversión, por la anhelada tranquilidad continental.

Tal actitud se advierte entre políticos, profesionales y trabajadores, que corren equidistantes con los tiempos de cambio que tratan de relacionar, con intercambio cultural, comercial y tecnológico, a nuestros pueblos. Necesitaríamos mucho espacio para mencionar a los protagonistas de estos hechos que concitaron la atención en Bolivia y Chile. Lo bueno es que ellos actuaron inclusive apartándose de corrientes ideológicas y colores políticos, pensando sólo en la paz de la Patria Grande: Latinoamérica.

Las nuevas generaciones chilenas están lejos de las generaciones del Siglo XIX que se dejaron manipular por el poder económico anglo-transandino, para invadir territorio boliviano, a fin de apropiarse de guano, salitre, cobre, plata, recursos con los que lograron el actual desarrollo chileno.

“La intervención imperialista de Gran Bretaña causó daños irreparables a Bolivia. En efecto, fue la Compañía de salitre y ferrocarriles de Antofagasta la que provocó la Guerra del Pacífico en 1879”, sostiene René González Moscoso, en su libro “Nociones de Geopolítica y Geografía Limítrofe de Bolivia”, 1984, pág. 31.

“Importantes miembros del Gobierno de Chile, empezando por el presidente Pinto, algún ministro de su gabinete y jefes chilenos de la campaña militar del 79 eran accionistas de la Compañía de Salitres, lo que explica la diligencia en su defensa intransigente”, agrega Carlos D. Mesa, en “Historia de Bolivia”, 1998, pág. 436.

Las generaciones chilenas del Siglo XIX representaban el espíritu expansionista y depredador, las de ahora son asequibles al reclamo marítimo boliviano. Por ello consideran como “error político” que Chile haya decidido impugnar al alto tribunal de la ONU en el tema marítimo, planteado en esa instancia por Bolivia.

En suma: creemos que el accionar de la nueva generación de Chile debiera ser aprovechada por Bolivia para impulsar la demanda que radica en La Haya.