La noticia de perfil
El presidente Evo se marchó de La Paz y el 16 de julio estará en la reunión del BRICS, que significa Brasil, Rusia, China y Sudáfrica, países hermanos, aunque más parecen parientes lejanos.
Este viaje de nuestro Presidente llegó a mi conocimiento a través de mi socia periodística y pariente espiritual, a quien mis lectores conocen como mi comadre Macacha, natural de Quillacollo, que me lo transmitió a su manera: “Nuestro Presidente Vitalicio tiene gusanera, pues ha anunciado a todos los paceños y bolivianos en general que se reunirá con los mandatarios de países tan exóticos tratando de encontrar un remedio para su mal que no le permite estar quieto en La Paz ni siquiera el 16 de Julio y lo obliga a entregar su tea al vicepresidente Alvarín García Linera…”.
Con la seriedad que me caracteriza puse en duda la certeza médica del diagnóstico de la cholita cochabambina, aunque ella defendió su apreciación científica y me dijo: “Evo sufre de gusanera, mal que no le deja estarse quieto en paz ni siquiera un 16 de Julio, cuando todos los paceños estantes y habitantes honramos a don Pedro Domingo Murillo y a su grito paceño de Libertad…”.
Tratando de justificar un poco las ansias viajeras de quien aspira a gobernarnos “per sécula seculorum, amén”, dije a mi interlocutora que en la reunión del BRICS el Boliviano Solitario podría plantear la solidaridad de esos exóticos países con la causa boliviana de nuestra reivindicación marítima, pero la cochabambina sonrió ante mi argumento y me dijo con seguridad: “No sea usted tan gil ni tan ‘crudo’, compadrituy, pues Evo no hizo tal cosa ni siquiera en la Cumbre de los G77 más China (o menos China) que se realizó en Santa Cruz de la Sierra el mes pasado, ¿cómo usted puede pensar que lo haga ahora si antes de emprender este nuevo viaje él no sabía si lo habían invitado como Presidente de Bolivia o como Presidente temporal de los G77 más China…”.
Las palabras de Macacha fueron contundentes y me llevaron a reflexionar sobre la posibilidad de que nuestro Presidente vitalicio sufriera en verdad de un mal como la gusanera, que le impide estar quieto en el Palacio de la plaza Murillo, preguntando a la cholita quillacolleña si no serían las palomas que habitan en la plaza Murillo las causantes de su gusanera, a través de sus excrementos que seguramente son infecciosos.
La cochabambina sabia reflexionó unos instantes y sugirió que esos desechos debieran ser analizados en un laboratorio norteamericano, o tal vez ruso para que Evo anduviera más seguro y tranquilo.
Al final de nuestro coloquio amistoso, mi comadre lo resumió con estas palabras: “Nuestro gobernante perpetuo sufre de gusanera y en un acto de responsabilidad debería pedir a los mandatarios del BRICS que le ayudaran a curarse, ya que la ciencia de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica y algunos más se halla más avanzada que la nuestra”.
Macacha agregó: “¡Gloria a don Pedro Domingo Murillo y muera la gusanera de Evo Morales!”.
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