Paceños participaron del tradicional desfile de teas

Miles de paceños, miembros de instituciones públicas y privadas, recorrieron anoche el centro paceño, entonando el Himno a La Paz con el fervor cívico que caracteriza al chukuta de corazón. Como todos los años los sectores más esperados por los espectadores fueron las bandas de guerra de diferentes colegios e instituciones militares, los dos clubs de fútbol del clásico paceño y las educadoras viales “cebritas”, que se han convertido en parte de la tradición de la Sede de Gobierno.

“Todo paceño espera con ansias estas fechas, salimos al desfile de teas con todo el fervor cívico, por el cariño que le tenemos a nuestra ciudad, los estudiantes se preparan durante meses, las instituciones consiguen teas y distintivos de los colores de la bandera paceña y los espectadores se emocionan agitando sus banderines en alto”, manifestó una de las espectadoras, Miriam Torres.

Al igual que todos los años, las personas recibieron con aplausos a las bandas de guerra y guaripoleras de los colegios que con gran disciplina se abrieron paso entre la gran cantidad de espectadores que junto a ellos entonaban el Himno a La Paz. De la misma forma, las bandas militares y policiales fueron admiradas por la exactitud en su paso ante los dos palcos.

Uno de los sectores más esperados, sobre todo por los niños, fueron las filas de las cebritas, que encabezaron a los bloques de funcionarios, choferes y anfitriones del servicio de transporte municipal PumaKatari, desde sus trajes blanco y negro, hicieron escuchar sus gritos de “Paceños que viva La Paz” a los que grandes y chicos respondieron con gran emoción y apoyo a este sector.

De igual manera, el gran clásico del domingo paceño se volcó a las calles traducidas en hinchas y jugadores de ligas inferiores del Club Boliviar y el Club The Strongest, que recibían aplausos de sus simpatizantes y silbidos de sus contrarios.

Sin embargo, los espectadores más adultos señalaron, con pena, que cada año el desfile tiene menos fervor, ya que antes había menos espectadores, porque todos desfilaban y vestían sus mejores galas. Muchos otros extrañaron las iniciativas de invitar a las mejores bandas del interior del país, como lo era la Banda del Colegio Misael Saracho, muy famosa y esperada por los diestros “Rompe filas” que con una disciplina militar recorrían las calles paceñas.

A pesar de los esfuerzos por controlar el orden de ingreso y los pasos peatonales, la gran cantidad de espectadores y protagonistas rebasaron las medidas de contención, ya que nos se contaba con pasos peatonales ni efectivos policiales suficientes para un evento de tal magnitud.

De la misma forma, el caos vehicular en las calles aledañas fue generado por la falta de señalización de corte de vías. Los efectivos de Tránsito realizaron los respectivos controles y desvíos de la circulación de vehículos, a lo que se sumó la gran cantidad de personas en estado de ebriedad que desde tempranas horas transitaban por las calles anexas.