Ante el colapso de las negociaciones con Hamás para acordar un alto el fuego, Israel lanzó anoche la ofensiva terrestre “Operación Margen Protector” sobre Gaza. Se trata de la primera invasión desde la Operación Plomo Fundido, en la Navidad de 2008.
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, emitió un comunicado en el que explicaba que el objetivo de esta ofensiva era destruir los túneles que las milicias de Gaza construyen para entrar en Israel. “Estamos obligados a defender a nuestros ciudadanos”, concluyó la declaración.
El hecho de que estas infraestructuras se concentren en la línea divisoria hace pensar que, al menos en una primera fase, la invasión terrestre se limitará al perímetro de la Franja. Hamás advirtió que Israel pagará un “alto precio” por esta escalada.
El Ejército israelí, en un comunicado paralelo, explicó que en la operación participarán unidades de infantería, blindados, ingenieros, artillería e inteligencia, con apoyo aéreo y naval. Se pretende dar un “golpe significativo” a las estructuras militares de Hamás, sostiene el comunicado, para proteger a la población israelí de “la presión del terror indiscriminado”. Otros 18.000 reservistas han sido movilizados como refuerzo.