Propuestas inconclusas

Frustración y decepción manifestaron tanto la comunidad nacional como la internacional ante la no incorporación de las conclusiones parciales de las mesas de trabajo del encuentro de mujeres líderes del continente, y de la 1ra. Cumbre juvenil latinoamericana, realizadas previamente a la cumbre del G77 + China en nuestro país. Tales premisas no fueron incorporadas, adjuntadas ni escuchadas en la reunión final como propuestas finales, no obstante contar las mismas con la asistencia y aval del Vicepresidente del Estado, así como del delegado presidencial y embajador adjunto ante la ONU, como responsable del evento, quien, dicho sea de paso, calificó a las mismas como una “prueba de fuego” (para relievar su importancia y alcance futuros).

Recordemos que las mencionadas cumbres preliminares contaron con la asistencia de gran parte de jóvenes y mujeres líderes representantes de países de la región, cuyas agendas de reivindicaciones y propuestas concluidas en sus mesas de trabajo, contenían materias tan importantes como la creación de una escuela latinoamericana de periodismo, y de un tribunal de justicia climática internacional; el desempleo juvenil; así como el rol de la mujer en los ámbitos político, económico, social, cultural, etc.

De esta forma, al no ser compatibilizadas las señaladas agendas de reivindicaciones en una propuesta final, para ser incluidas en la reunión cumbre del G77 + China, las expresas deliberaciones quedaron “inconclusas”. Es decir que, tácitamente, aquellos esfuerzos y acuerdos para la futura elaboración de emprendimientos determinan lamentablemente su inexistencia, por la falta de relación entre las premisas y la conclusión o propuesta final. Se ha incurrido deplorablemente en una omisión imperdonable, por cuanto las conclusiones parciales sin una propuesta terminante, reiteramos , no tienen alguna significación, por constituirse en un trabajo y esfuerzos ignorados. Concluir un esfuerzo o llegar a un resultado final destaca las expectativas de los participantes, porque resume los puntos principales del trabajo y deja a la comunidad y delegaciones visitantes una buena impresión. Una conclusión es, naturalmente, la última parte de un trabajo, y por ello es la última cosa formal que la población revisa.

En consecuencia, ya nada se puede hacer sobre la leche derramada -sólo aprender la lección- y persuadirnos finalmente de la importancia de hacer las cosas bien, particularmente cuando se encuentra en juego no sólo nuestra economía, sino principalmente el prestigio y ascendiente del país.

Por ello este desacierto finalmente provoca en el ciudadano común y en el poco entendido escepticismo, incredulidad y desconfianza, ya que al parecer estas citas onerosas responden únicamente a intereses políticos del momento, más que al interés social y económico del país.

El autor es abogado.