Elefante llora al ser liberado tras permanecer 50 años encadenado

Con lágrimas de emoción en los ojos. Así recibió Raju -un elefante que ha pasado más de 50 años en cautiverio y al que su dueño usaba para la mendicidad en Uttar Pradesh (al norte de India)- a los activistas que le liberaron la pasada semana de sus grilletes tras meses de litigios en los tribunales. Y no era para menos, pues el paquidermo había pasado más de medio siglo bajo el yugo de un dueño que disfrutaba golpeándole y le mataba de hambre.

La triste historia de Raju comenzó hace cinco décadas, cuando unos cazadores furtivos le apresaron en una pequeña localidad de India. A partir de ese momento el paquidermo fue tratado cruelmente como una mercancía más y llegó a pasar por la mano de 27 dueños, según afirma la versión digital del diario "Daily Mail". Su situación no mejoró cuando, hace aproximadamente medio siglo, fue “adoptado” por un hombre que vivía en la calle.

Y es que, además de usarle como una atracción para ganar algo de dinero con los turistas, el sujeto solía dar palizas a Raju casi a diario y le tenía atado con unos grilletes con púas que dañaban sus patas. A su vez, el hombre no daba de comer al paquidermo -que solo comía lo que le arrojaban los transeúntes y lo que hallaba en la basura- y le obligaba a vivir en plena calle bajo la inclemencia climatológica. Sin duda, una dura existencia para este majestuoso animal, publicó ABC.es

No obstante, todo cambió cuando, en 2013, la ONG "Wildlife SOS" (con sede en Londres) se topó con él. "En el momento en que lo encontramos, en julio del año pasado, se hallaba en un estado patético. No tenía refugio en la noche, y estaba siendo utilizado para mendigar desde el amanecer hasta el crepúsculo, Tampoco le daban de comer y se alimentaba de cartones y plásticos que encontraba en la basura", indicó el representante de este grupo, Pooja Binepal, en declaraciones recogidas por el “Daily Mail”.

Compungidos por el estado de Raju, los miembros de la ONG comenzaron una lucha en los tribunales por lograr su custodia, algo que consiguieron hace pocas semanas. Con los papeles en la mano, ya sólo les quedaba liberar a Raju, cosa que hicieron la semana pasada al amparo de la noche, pues no querían llamar la atención.

“Cuando le quitamos los grilletes nos asombramos al ver como varias lágrimas caían por sus mejillas. Él sabía que estaba siendo liberado. Hasta que le entramos nunca había sabido lo que se siente al caminar sin cadenas, pero hoy sabe lo que es la libertad”, ha explicado el representante. Actualmente, Raju se encuentra sano y salvo en una reserva natural, donde ha aprendido que, a pesar de todo, todavía queda un puñado de gente buena en el mundo.

El llanto de los paquidermos parece demostrar profundo pesar o tal vez alegría, en 2013 un elefante recién nacido lloró cinco horas sin parar después que su madre lo rechazara en la reserva de vida animal Shendiaoshan, en Rong-cheng, China.

Los veterinarios pensaron que la joven madre se había puesto nerviosa y accidentalmente pateado al pequeño cuando se lo presentaron poco después del nacimiento.

El personal de la reserva curó las heridas que sufrió la cría y se lo devolvieron a la madre más tarde, sin embargo, está volvió a atacarlo.

Según el trabajador que se encargó del elefante, cuando lo llevó a una jaula separada y lo cubrió con una manta, el pequeño comenzó a sollozar inconsolablemente durante cinco horas.

“Estaba muy asustado y lloró por horas antes de consolarse", afirma el cuidador.

El bebé fue bautizado con el nombre de Zhuang-zhuang, y fue adoptado por el conmovido cuidador.

“El elefante y el cuidador han hecho un buen lazo”, añade el portavoz del parque, quien explicó que el pequeño elefante ahora está bien, alimentándose y creciendo normalmente.

Sobre la madre, un ejemplar joven, dijo que nunca pensaron que iba a tener ese comportamiento y que “no le dio ninguna oportunidad a la cría".

Según un especialista en vida salvaje, algunos animales que viven en cautiverio fuera de su ambiente y de sus grupos familiares tradicionales puedes sufrir trastornos en el instinto de protección hacia sus crías, publicó "Metro UK".

En los humanos el llanto es una manifestación de la tristeza y permite que "desahoguemos" las emociones que nos afligen en ese momento. Pero también es un mecanismo que entrega un mensaje al mundo exterior. Si vemos a alguien llorar nos dirigimos a él de cierta manera, y en la mayoría de las ocasiones nos acercamos íntimamente a él. Nos conmueven sus lágrimas porque todos hemos llorado. Ahora, ¿qué pasa cuando los animales lloran?

Es un hecho que muchos animales, sobre todo los mamíferos, lloran ya sea por pérdida de contacto protector (cuando pierden a su madre o a su hijo, por ejemplo) o por estrés.

Recientemente se reportó que un elefante recién nacido en la Reserva Natural de Animales Salvajes Shendiaoshan lloró inconsolablemente por cinco horas después de haber sido pisoteado por su madre y luego rechazado por ella.

"Podría ser una respuesta de conexión al no sentir tacto", apuntó Bekoff, profesor de ecología en la Universidad de Colorado. Para los elefantes y humanos bebé, llorar está probablemente más conectado con el estrés que con la tristeza. Pero el estrés es una emoción.

El llanto es una manifestación muy triste de presenciar, sobre todo si viene de un animal indefenso o un humano bebé. Pero ello no significa que los perros, por ejemplo, o las gallinas, no sientan tristeza (los que tenemos perro sabemos qué tanto pueden llegar a extrañar o a sufrir). Todo esto solo se añade a la confirmada teoría de que los animales tienen consciencia.