La Paz entre las ciudades maravilla

En la reciente festividad de los paceños, se advirtió un notable crecimiento del fervor cívico que se siente por esta hermosa ciudad. El acto culminante de tal demostración se puso de manifiesto en la verbena organizada por el Gobierno Municipal en la víspera del 16 de julio, en la céntrica plaza de San Francisco.

Pese a la amplitud que adquirió este espacio histórico, en el último tiempo, no dio cabida a la enorme multitud que quiso participar en el acontecimiento. Puede estimarse que la concurrencia ha sido superior a las 50 mil personas.

Se justificó plenamente tanta asistencia, porque la Alcaldía se esmeró en organizar la verbena. Desde los parlantes del escenario se informó que 500 artistas, de todos los géneros artísticos, estaban interviniendo en el festejo. A la medianoche, se le ofreció a La Paz una singular serenata, con la siempre magnífica actuación del conjunto musical de los Kjarkas.

De esta manera, se puso en evidencia que, en lo que concierne al sentimiento popular, La Paz merece ser, efectivamente, una de las 21 ciudades maravilla del mundo.

La organización New7Wonders, que es la fundación suiza que promueve la competencia a nivel internacional, informó que La Paz está clasificada entre las 21 ciudades maravillas del planeta.

Las urbes que han merecido este descollante reconocimiento son: Bangkok, Barcelona, Beirut, Chicago, Doha, Durban, La Habana, Estambul, Kuala Lumpur, La Paz, Londres, Mendoza, Ciudad de México, Mumbai, Perth, Quito, Reikiavik, San Petersburgo, Seúl, Shenzhen y Vigan.

El anuncio correspondiente se efectuó el lunes 7 de julio en Lisboa, Portugal. Ese día coincidió con el aniversario oficial de la declaración de las Nuevas 7 Maravillas hechas por el hombre en el orbe. La primera vez que se promovió una votación ciudadana e institucional en el mundo, con ese motivo, culminó el 7 de julio de 2007.

Ahora, el desafío que tiene la ciudad de La Paz es avanzar en la catalogación lo más que pueda para justificar su elección entre las maravillas del mundo. Primero, estuvo entre las 1.200 seleccionadas, luego entre las 300, seguidamente integró las 77, a continuación se ubicó en el sitial 28 y, desde este mes, figura entre las 21 urbes más bellas del mundo.

En adelante, le queda hallarse entre las 14; la votación para este efecto se cerrará el 7 de octubre próximo. Y, por último, la nominación de las 7 nuevas ciudades maravilla del planeta se anunciará el 7 de diciembre de este año.

Todos los paceños y no paceños que residen en esta ciudad convendrán en que, ciertamente, reúne muchos de los requisitos para alcanzar esa distinción. Por su excepcional paisaje montañoso que, además, en varios espacios céntricos, luce distintos colores. Igualmente, por estar rodeada de formaciones parecidas a las estalagmitas, inversas a las estalactitas. La diferencia, entre las primeras, es que nacen de la tierra y, las segundas, se desprenden de las alturas, generalmente en cuevas.

Los observadores locales y externos tienen la oportunidad de apreciar que las “estalagmitas” paceñas tienen conformaciones que se asemejan a obras de arte. Empero, ningún artista plástico pudo hacerlo mejor que la naturaleza. Se explica este maravilloso fenómeno porque, en tiempos remotos, donde se erige hoy la ciudad de La Paz ha sido una cuenca de lago. Al extinguirse éste, ha ido dejando esas formaciones que la circundan y que no existen en capital alguna del mundo.

El nevado Illimani, aunque por el cambio climático paulatinamente está perdiendo la nieve en su rocosidad derecha, sigue luciendo como un espectacular componente del paisaje paceño.

Varios factores naturales inciden, por tanto, en que La Paz sea una ciudad maravilla. Lo que le falta ahora es que, tanto la Municipalidad como sus habitantes, en particular, aporten con lo suyo, para que siquiera pase a ser elegida entre las 12 ciudades maravilla del mundo.

El principal requisito es su aseo, las vías urbanas deben ser limpias y atractivas, no debe haber ni un envoltorio de dulce. Para ello, el vecindario tiene que encarar dos obligaciones ineludibles: no arrojar la basura de los hogares en las esquinas, las que al ser rebuscadas por los perros callejeros, convierten a esos lugares en horribles espectáculos contaminantes.

El aporte municipal para ello tendría que consistir en darle mayor efectividad al recojo urbano de la basura, fijando horarios en cada lugar, para que el vecindario espere su paso y entregue su basura a los carros basureros, no a las esquinas de las calles.

La alternativa sería que el municipio instale en los lugares donde actualmente se forman basurales incivilizados, canastillos metálicos de cierta altura, para que de ahí recojan los carros basureros los desperdicios hogareños. En el pasado hubo aceptable experiencia al respecto.

La otra tarea municipal es prohibir -mediante sanciones efectivas- que se siga garabateando las fachadas de los inmuebles, utilizando nada menos que costosos “sprays”. Con ello, los dueños de los inmuebles pintarrajeados tendrían la garantía de renovar el pintado de sus muros, porque no volverían a sufrir los atentados salvajes de los que son víctimas al presente.