Fiestas de julio manoseadas

El menosprecio del primer mandatario a La Paz fue patético, cuando prefirió trasladarse a la reunión de mandatarios de países del Grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), de la Unión de Naciones Suramericanas (Unisur) y de países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), antes que honrar con su presencia los actos conmemorativos de la emancipación revolucionaria de 1809. Podía haber enviado un mensaje de salutación desde el extranjero, no tuvo voluntad política, pero si se hubiera tratado de efeméride del Chapare, con seguridad que él hubiera dejado todo para estar presente. En sus ocho y más años de gestión ha concurrido, con invitación o sin ella, a muchas reuniones internacionales, asambleas, cumbres como de ALBA, OEA, UE, ONU, CELAC, Mercosur, Unasur, G77, en las que si bien han escuchado sus ponencias, nada concreto que beneficie al país se ha conseguido.

La semana pasada, cuando se trató de dar regocijo a fortiori a pocos paceños que hay en La Paz -pues más de 400 mil están en Santa Cruz, otro tanto en Cochabamba, Tarija, y jóvenes profesionales se fueron por mejores condiciones de vida-, causó hilaridad y repulsa el manoseo de su fecha cívica histórica, ya que han existido dos fiestas julias paralelas, una del Gobierno municipal y otra del Gobierno departamental. Dos izas de la bandera, dos sesiones de honor, dos encendidas de teas, dos verbenas que fomentaron la borrachera, desfiles escolares sin participación de autoridades.

Por tradición, el homenaje a la Revolución del 16 de Julio de 1809 debe realizarlo la Alcaldía y no la Gobernación que tiene a su cargo el festejo del 20 de octubre, fundación de la ciudad de La Paz. Por esta “intromisión” con consigna política partidaria, la Gobernación, que se lamenta no poseer presupuesto para el progreso rural, ni poder ayudar a los afectados por riadas, inundaciones, pérdidas de sus cosechas y ganadería en algunas provincias, ofreció un almuerzo de gala, sin inmutarse. Pero esos fondos podían haber servido para muchos niños campesinos que sufren pobreza y hambre.

Se habló mucho del puente en el estrecho de Tiquina, la nueva carretera a Cochabamba por Río Abajo, pero nada de ello hay. Ahora se habla del tren bala, pero no se sabe para cuándo. La urbe y las provincias necesitan obras de infraestructura, no obritas intrascendentes, remendadas, maquilladas y parchadas.

En la sesión de honor, en el Teatro Municipal, se escuchó los discursos estereotipados de siempre, diplomas y medallas otorgadas a gil y mil. El vicepresidente del Estado entre otras cosas dijo “a La Paz hay que potenciarla”, dinamizarla en su aspecto de desarrollo. Sin embargo esta ciudad está maltratada. Parece existir un doble discurso gubernamental. Su industria no prospera, otra textil trata de cerrar sus puertas, debido a la competencia desleal, ya que La Paz está saturada de productos que vienen de China, especialmente ropa, aparte del contrabando. La invasión de mercadería de esta gran potencia y la chilena deben ser controladas a fin de evitar la muerte de la industria nacional que languidece y de las fuentes de trabajo.

La creación de la Empresa Pública Boliviana de Turismo (20 de mayo de 2014) liquidará a las agencias de viajes y pondrá en la calle a centenares de empleados de la industria sin chimeneas. Muchas otras cosas podemos decir de La Paz, convertida en patio trasero del partido gobernante.