Qué nos trajo Colón

Hace unos días, en su permanente campaña electoral que lleva más de ocho años, el Presidente del Estado Plurinacional en sus casi diarios discursos arremetió contra el navegante genovés Cristóbal Colón, que llegó a América accidentalmente 12 de octubre de 1492, encontrándose con habitantes nativos que vivían en un estado civilizatorio atrasado para ese tiempo. Más tarde las dos culturas más adelantadas de Indoamérica, las de México (aztecas y mayas) y la de del Perú (la incaica) fueron sometidas por los bravos españoles que en número reducido vencieron militarmente a esas culturas.

A Sudamérica (Perú) llegaron Francisco Pizarro, Diego de Almagro y otros 13 individuos hacia el año 1525 y en 1532 se consolidó la conquista, luego de realizar 3 viajes y con 180 hombres, 27 caballos y tres naves desembarcó en la bahía de Túmbez.

Pizarro y sus compañeros se encontraron con una civilización organizada, el imperio incaico y con facilidad los conquistaron, debido a la división y lucha entre los nobles incas y el apoyo a otros pueblos que estaban sometidos al imperio incaico, como los aymaras, que vieron en los españoles a quienes podrían liberarlos de su condición.

La llegada de los españoles fue ciertamente el encuentro de dos mundos, el europeo y el americano. El primero basado en una milenaria cultura originada en el pensamiento greco romano y judeo cristiano, que es la base de la cultura de occidente, y el segundo por una cultura originada en Asia, pues éstos habrían atravesado el estrecho de Behring desde el océano Pacífico y desde las costas del Perú se extendieron y constituyeron la civilización colla, que a su vez estaba conformada por diversos pueblos que tenían sus propias lenguas. Como ya anotamos, estos pueblos fueron conquistados por los incas.

Los españoles llegados a América nos trajeron el idioma del reino de Castilla, el castellano (luego español por el reino de España), idioma que hablan los cerca de 500 millones de habitantes del continente americano, y que nos permite comunicarnos, y al Presidente discursear diariamente en su constante campaña electoral, aunque su español no sea hablado perfectamente.

Los españoles también nos trajeron la religión cristiana, una de las más importantes e influyentes en el mundo, en especial en los países que conforman el mundo occidental. Esta religión -de la que se ha declarado creyente el Presidente- está basada fundamentalmente en la filosofía de amor a los demás, el perdón y el renunciamiento al pecado para conseguir después de la muerte la vida eterna, es una filosofía de vida.

Si bien los españoles que vinieron con Colón impusieron el sistema de poder monárquico feudal (encomienda y repartimiento) de hombres y tierras, y la dependencia al reino de España, en el cristianismo y la filosofía griega aparecen los principios de la igualdad de los hombres a los ojos de Dios y en las ideas griegas la democracia, en la que es el pueblo el depositario de la soberanía.

También Colón y los españoles nos trajeron una civilización más avanzada que la de los pueblos conquistados, con la lectura y la escritura, el uso de la rueda, el hierro, la pólvora y la ciencia y técnica que en ese tiempo se desarrolló en Europa, además de animales como los vacunos y otros, que hasta este tiempo son la base alimentaria de todos los pueblos. Sin embargo, llevaron también a Europa una importante variedad de productos agrícolas originarios de este continente, así como algunos animales.

De la conjunción de la cultura hispana europea y la nativa americana, tenemos como resultado una cultura mestiza, hoy fuertemente influenciada por el mundo globalizado.

Las posturas críticas de lo hispano, a título de descolonización, son sólo eso, posturas xenofóbicas que van contra la realidad social y cultural, en tiempos en los que la interdependencia e influencia de unas culturas u otras, nos determina a ser habitantes del planeta tierra y seguramente en el futuro, a ser ciudadanos del mundo, en el que se hayan superado las diferencias de supuestas razas o grupos étnicos, culturas propias y ajenas, pues la ciencia y tecnología nos une cada día más y nos permite interactuar y comunicarnos con el mundo que cada día se occidentaliza más.