Israel Camacho Monje
El ciudadano común recuerda que el Presidente de Bolivia declaró públicamente, a principios de diciembre de 2013, que en virtud de que el país había tenido un incremento de producción de algo más del 5%, “todos los trabajadores” recibirían el “doble aguinaldo”.
Declaración que provocó la algarabía de “todos los trabajadores” y, por supuesto, la reacción de los empresarios privados, porque tal anuncio era por demás tardío, y no tenían en sus presupuestos anuales los fondos previstos para cubrir el “doble aguinaldo”. Después de un tira y afloja con el Gobierno, llegaron al acuerdo de pagar el mismo en un plazo señalado.
Reacción que también provocó la intervención del Ministro de Economía, para aclarar que el Presidente al decir “todos los Trabajadores” se había referido a los trabajadores que producían, y no así a los que “nada producían”, esto es en abierta y directa alusión a los rentistas jubilados.
Esa oficiosa aclaración fue repetida y apoyada por ministros, legisladores y hasta por militantes del MAS, en funciones de gobierno de la nación, y en forma discriminadora manifestaron: “¿Acaso los viejos y viejas producen algo?, más bien deberían estar agradecidos al hermano Evo, que todavía los mantiene”.
Semejantes insultos a la dignidad de las personas, obligaron a los miles de aludidos a hacer las aclaraciones pertinentes del caso, a esos supuestos inmortales, en sentido de que “Esos viejos y viejas que nada producen en el presente”, fueron en un pasado lejano y cercano los que con sus preciadas juventudes e inagotables fuerzas de trabajo, por décadas, lograron patrióticamente “el fortalecimiento, engrandecimiento y progreso del que actualmente goza nuestro país”.
Esa sentida aclaración de los rentistas jubilados obligó al Presidente a decir también que verá la mejor manera de poderlos beneficiar, esto es, como si les estaría haciendo un favor y no fuera una obligación claramente establecida en la Constitución Política del Estado y Ley General del Trabajo, esto es, “que el Estado respeta todas las conquistas sociales de los trabajadores, activos y pasivos”.
Y justamente, por el derecho constitucional y laboral que les asiste a los rentistas jubilados de Bolivia es que, ¡ahora sí!, exigen al Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia hacer efectivo el incremento salarial del 10%, retroactivo de enero a julio de 2014, porque el hambre no espera, y ante el constante aumento de los precios de los alimentos, dicho retroactivo por demás desvalorizado, ¡ya para nada alcanza! ¿Qué lástima, verdad?
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