Federico Zelada Bilbao
Cuando supe que el equipo de Bolívar seguía entrenando hasta el día lunes en La Paz para enfrentar el miércoles en Buenos Aires a San Lorenzo, le comenté a mi hijo que se aproximaba una derrota de proporciones (un 3 a 0), de ninguna manera preveía la cooperación del árbitro y el excelente gol marcado por Juan Mercier (cuarto gol de media distancia).
¿Por qué era previsible este resultado?, bueno primero debo señalar que soy hincha bolivarista, me parece que actualmente es un plantel muy bien estructurado y con grandes figuras individuales, así mismo, le tengo cariño y admiración a Xavier Azcargorta, no sólo por lo que logró para la campaña mundialista del 1994, sino por lo que viene haciendo por el fútbol nacional hasta el presente. Pese a lo anterior, pienso que no se tiene pleno conocimiento de lo que significa entrenar en la altura.
Aunque pueda parecer un profano en esta temática, lo que menciono a continuación se basa en mi larga experiencia como deportista en la disciplina de atletismo y a la tesis que realizó mi esposa (Dra. Tania Taboada) sobre el entrenamiento en altura. Lo primero, por supuesto, es que se puede entrenar en altura y también se puede entrenar en frío, pero entrenar en frío y altura es la peor combinación posible. Cuando uno entrena en la altura con frío, el cuerpo es sobre exigido y genera un síndrome que se caracteriza por: entumecimiento muscular, torpeza de movimientos y desconcentración. Si bien en el entrenamiento los deportistas pueden rendir casi perfectamente, en la competencia se observa severas deficiencias: parece que el cuerpo no respondiera a los deseos del jugador, se sufre pequeños “micro sueños” (fragmentos de segundo donde el deportista se desconcentra por sobre esfuerzos físicos acumulados), es como lo que le sucede al conductor que ya lleva varias horas manejando su vehículo, sin descansar adecuadamente y aunque su deseo es seguir conduciendo correctamente, sufre los denominados “pestañeos” que son la causa de graves accidentes.
Si siguen entrenando como hasta hoy, el partido del próximo miércoles en La Paz será aburrido, torpe, es decir, lleno de errores técnicos y tácticos (que aparecerán ante los ojos de los espectadores como impotencia e incapacidad del plantel) y si se logra ganar será con un marcador mínimo y gracias a que los argentinos tienen terror a la altura.
¿Cómo remediar la situación? No quiero aparecer como agorero y menos hacer leña de árbol caído, apenas desde mi experiencia y conocimiento deportivo sugiero lo siguiente: Primero se debe considerar que en periodo invernal en la altura, el horario de entrenamiento en campo abierto es de 11 am a 16 pm, siempre que no esté nublado o haya viento excesivo. Segundo, se tiene que entrenar menos tiempo y con mayor intensidad. Tercero, debido a que los jugadores han estado expuestos a estos máximos esfuerzos (tratar de revertir un resultado en condición de visitante y condición física adversa), el tiempo de recuperación es mayor. Cuarto, el trabajo de recuperación debe realizarse en ambientes cerrados con temperatura adecuada, combinando éste con sesiones de piscina, elongaciones y masajes. Finalmente la plática técnico-psicológica será fundamental para restituir su autoestima y potenciar las capacidades de los excelentes jugadores con la que cuenta el club Bolívar.
Haciendo un óptimo entrenamiento (en tan corto tiempo) y si los árbitros no juegan en contra de nuestro representativo, es posible soñar con revertir tan catastrófica situación.
El autor es ex rector de la UPEA y actual docente titular de la UMSA.
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