Oposicion: "no hay primera sin segunda"

Portavoces de alianzas y partidos políticos, cifran su esperanza de acceder al poder de la Nación, en una segunda vuelta electoral, porque el Movimiento Al Socialismo y su gobierno tendrían “problemas” internos, estarían debilitados económicamente y su logística en dificultades; porque no obtendría los suficientes votos para lograr los dos tercios.

Agregan a esa percepción, que el Tribunal Supremo Electoral, es dependiente de la influencia política del MAS y que no garantiza comicios imparciales en octubre 2014.

PRIMERA VUELTA

Los postulantes a la presidencia y vicepresidencia de los partidos que compiten contra el MAS, hasta ahora dispersos y cada uno por su cuenta, desechan una victoria total del candidato oficial en primera instancia, es decir, el primer día de elecciones (12 de octubre). Sin embargo, dan por seguro que el ganador no absoluto de esa jornada sería el oficialismo. Juegan, en consecuencia a la segunda vuelta.

Desde el punto de vista analítico, la oposición está desarmada ideológicamente y por supuesto, con una carga política negativa al reconocer implícitamente su posible derrota el primer día electoral, contagiando de este pesimismo político a los posibles sectores y ciudadanos que no están de acuerdo con la permanencia del MAS en el gobierno.

SEGUNDA VUELTA

Ante una derrota parcial admitida el próximo 12 de octubre, la oposición juega el todo por el todo a una segunda vuelta, en la que derrotaría al candidato oficialista. Pero, en la vida y en la política los “peros” suman su potencial de inconsistencia y de inestabilidad pues, el “pero” está identificado con el supuesto contubernio MAS-TSE.

Si uno es militante o simpatizante de las siglas y alianzas de la oposición, pensaría lógicamente: ¿Cómo ganaremos la segunda vuelta, si el Órgano Electoral, es compadre del oficialismo? Factor aunque supuestamente verídico, desentona en los mensajes de la oposición y que, con cierta posibilidad, influye en los votantes aún indecisos y que sean plato sabroso para la corriente que, los mismos candidatos de oposición, señalan como ganadora en la primera vuelta.

OTRO ARGUMENTO

La oposición, sin excepciones personales ni de grupo, difunde en sus arengas y comentarios lo siguiente: “Aspiramos a una segunda vuelta porque es un camino muy difícil; sabemos que hay un TSE que no va a dar muchas garantías. Es una instancia parcializada con el gobierno” y viene lo interesante: “Esperemos que los votantes hagan la diferencia”.

Este es el tercer argumento. Los dos anteriores son: a).- Reconocimiento implícito de la victoria parcial del MAS en el primer día de elecciones; b).- El Tribunal Supremo Electoral está parcializado con el gobierno. El tercero, reiteramos es: c).- Que los votantes hagan la diferencia…” frase que sin lugar a dudas, es explícita y que deja la suerte del voto a la ciudadanía para que “haga la diferencia”.

Uno se pregunta ¿qué hacen los “marquetineros” y expertos en el manejo político y propagandístico del lenguaje, de la imagen, de la actitud y de los conceptos que deberían dominar los candidatos superlativos a la presidencia y vicepresidencia del Estado Plurinacional?

Entre las normas probadas del marketing político, figuran por ejemplo, sembrar optimismo y vocación de la toma del poder en la militancia y sectores del voto. Dejar que la ciudadanía “marque la diferencia” es propalar la imposibilidad de la victoria; dar el empujón final al votante indeciso para que vote en blanco o resuelva la confusión, votando por quién en principio, no quería votar y luego de los comicios, entonar parte de una famosa cueca: “ no hay primera sin segunda…”(Clovis Díaz).