Inmediatez en el Cómputo Electoral

En la actualidad, la intercomunicación, en todos los niveles, adquirió un desarrollo tecnológico excepcional, a tal punto que puede repetirse aquello de que “el mundo se redujo a un pañuelo”. De lo que se trata, entonces, es de recurrir a todas esas posibilidades para obtener el mayor beneficio posible.

Esto sucedió en las recientes elecciones generales de Colombia. Las mesas de votación puntualmente suspendieron la recepción de sufragios a las 16 horas. A partir de las 19.30 horas, el organismo electoral empezó a emitir boletines informativos del cómputo nacional, desde el 3% de la votación registrada. Y a las 21 horas, difundió el 99% del resultado final, dando a Juan Manuel Santos la opción de cumplir un segundo período de gobierno.

Un procedimiento similar puede aplicarse en Bolivia, en las elecciones generales del 12 de octubre. Los recursos están o tienen que hallarse disponibles para que ello ocurra, pues el órgano electoral tiene el financiamiento necesario en cuanto a equipamiento. Todo dependerá de que los tribunales electorales departamentales organicen sus actividades con eficiencia y pulcritud.

¿Cómo puede conseguirse esto? Muy fácilmente, sólo es cuestión de que en las áreas urbanas y rurales se asegure que los presidentes y vocales de las mesas de sufragio tengan teléfonos celulares. ¡Y los utilicen, una vez que hayan levantado el acta de los resultados de la votación que registraron!

Las oficinas de los tribunales departamentales tendrán que instalar los sitios respectivos para que les llegue prontamente los informes de sus áreas urbanas y rurales, y de inmediato pasarlos al centro local de datos. A su vez, deberán hacer lo propio, remitiendo los escrutinios departamentales -también por medios virtuales- al Tribunal Supremo Electoral (TSE), con sede en La Paz.

A medida que vaya recibiendo los datos departamentales, al TSE le tocará procesarlos de la misma manera y emitir los boletines informativos correspondientes, a medida que vaya incluyéndolos en el cómputo nacional.

En Bolivia, lo habitual es que las urnas de votación empiecen a operar desde las 08.00 horas y concluyan su tarea a las 18.00. Si se actúa con apremio e imparcialidad, como sucedió en Colombia, el cómputo nacional podría conocerse, por los medios de comunicación -radio, televisión y diarios- a las 24 horas.

Empero, hay un detalle a tomarse en cuenta. Mientras en Colombia los electores habilitados eran 33 millones, aunque sólo votaron 13 millones y fracción (se abstuvo el 59%), en Bolivia sería de unos seis millones de electores, según el Padrón Electoral. En consecuencia, al ser menos de la mitad el número de votos a registrarse en el país, el procesamiento del cómputo nacional requerirá menos tiempo, por lo que podría ser difundido a más tardar a las 23 horas.

Un indicador de que es factible lo expuesto fue el anuncio que hizo al periodismo la presidenta del TSE, Wilma Velasco, el 14 de julio, en sentido de que las actas de los escrutinios de votos y resultados electorales serán entregados a la medianoche del 12 de octubre, con un avance del 75%, a los partidos políticos que participen en la justa eleccionaria de ese día, para que cada uno haga su propio conteo.

De esta forma, la señora Velasco hizo ver que en Bolivia se utilizará también la comunicación celular u otra que tenga igual inmediatez, pero limitó a que los partidos realicen sus propios cómputos.

Un primer alcance que puede hacerse, al respecto, es que el mismo trato que se otorgará a los partidos debe brindarse, incluso primordialmente, a la ciudadanía. ¿Acaso el TSE olvida que es el “soberano” al primero que tiene que servir?

El segundo apunte que corresponde anotar es que al TSE le corresponde efectuar el cómputo oficial. ¡Es su mayor obligación!

Cederles a los partidos la opción de realizar sus propios cómputos es enajenar la responsabilidad que tiene el TSE de justificar su existencia. Su única función es organizar y procesar las consultas populares. Y, como corresponde, efectuar el cómputo nacional, que no es más que hacer la sumatoria de los votos por medio de la informática. Demostraría, así, que su funcionalidad es competente y, por tanto, responde a las responsabilidades que se le asignaron.

Además, existe la posibilidad de que la noche del 12 de octubre los bolivianos sean sometidos a confusiones y distorsiones. Puede ocurrir que cada partido haga conocer el cómputo que le interese y no incluya el general. ¡El comportamiento político no es de santos!

En caso de que el TSE no proporcione el cómputo nacional la misma noche del 12 de octubre, será el propio artífice de su desprestigio. Pues, con sobradas razones y antecedentes, daría lugar a que se sospeche que se presta a eventuales manejos ilegales de los datos electorales.