Según un estudio, existen plantas que preparan sus defensas químicas cuando perciben las vibraciones que hacen los insectos al masticar. Esto podría ser una alternativa a los insecticidas. El hallazgo podría permitir usar sonidos en campos de cultivo para ayudar a las plantas a producir defensas.
El hecho de que puedan reaccionar ante cambios de temperaturas, el viento o el tacto, que puedan avisar a sus vecinas del peligro, que tengan una amplia batería de armas químicas y una vasta colección de espinas y corazas, hace pensar si esta clasificación es acertada. De hecho, solo les falta oír...