Kiev.- Los incesantes combates entre las fuerzas gubernamentales ucranianas y los rebeldes pro rusos impidieron ayer el inicio de la investigación en la zona cero de la tragedia del avión malasio supuestamente derribado con 298 personas a bordo.
La principal plaza fuerte de los rebeldes pro rusos, Donetsk, fue de nuevo ayer martilleada con artillería pesada, lo que obligó a evacuar la sede del Gobierno separatista, además de la estación de tren, informó Efe.
En el edificio administrativo se encuentra la oficina del primer ministro insurgente, Alexandr Borodái, que viajó a la vecina Rusia para mantener consultas, aunque fuentes ucranianas apuntan que ha desertado.
Una persona murió y varias resultaron heridas debido al impacto de un proyectil lanzado por las fuerzas gubernamentales, según los insurgentes, contra el patio de un edificio situado en la calle Rosa Luxemburgo.