El poder de la quietud

Es un ejercicio que puede hacer dos o tres veces al día y sólo necesita dos o tres almohadas, recostarse, cubrirse bien en su cama y concentrarse en la quietud de su cuerpo y dejar que la misma vaya aumentando con la soltura de tensiones en sus diferentes músculos y después de eso, proceder a calmar los pensamientos, aquietarlos también y luego disfrutar de ese maravilloso estado en el cual se va logrando un descanso verdaderamente profundo y reparador.

Yo utilizo este ejercicio con cierta frecuencia para poder detener los impulsos del pensamiento que no pueden detenerse fácilmente y nos llevan a estados de estrés.

El ejercicio de aquietamiento gradual hasta llegar a un estado de calma total es una verdadera joya y un regalo para el alma y un bálsamo para el corazón, pues nos permite llegar al concepto de “existir en estado de paz” y de otorgarnos un verdadero momento de paz para el alma.

Hay un elemento notoriamente útil que es una maravillosa sugestión creada por el doctor Emile Coué que dice:” Todos los días, en todos los aspectos, me pongo mejor, realmente mejor” y debe escribirse esta sugestión para llegar a memorizarla por completo, de tal manera que se la pueda repetir cuando ingrese en ese profundo estado de calma que produce el ejercicio de aquietamiento.

Los benefi cios que produce dicho ejercicio, aparte del descanso y de las ondas alfa que calman el cerebro, consisten en una reducción de todos los niveles de estrés que vamos acumulando a lo largo de los días y también de los años de nuestra vida.

Esto nos dice que si practicamos el ejercicio con cierta regularidad, iremos notando muchísimas mejoras en nuestro cuerpo físico, en nuestras actitudes comunicativas, en nuestro carácter y en el nivel de energía vital que probablemente era menor en nuestro pasado.

Una de las características más importantes de este ejercicio es que permite programar nuestra mente profunda con palabras positivas que refl ejen los recursos necesarios para satisfacer las necesidades de nuestro ser interior.

Las palabras que voy a citar a continuación podrían funcionar como esos recursos: “equilibrio”, “fortaleza”, “fuerza física”, “paz interior”, “alegría”, “prosperidad”, “sanación total”, “triunfo”; “armonía” y cualquier otra palabra que ofrezca un signifi cado que vaya a llenar de fuerza, de poder y de dignidad a su alma y a todo su ser. Nos vemos en el artículo de mañana.

Pensamiento creador para analizar: “¿Qué emoción estoy sintiendo en este momento? (Defina su emoción con tres palabras y podrá conocer a su emoción subconsciente).