Elecciones generales con posibles resultados imprevistos

Se aproximan las elecciones generales y podrían dar sorpresas al electorado. Los ciudadanos que no están comprometidos con partidos políticos, que son la gran mayoría, tanto en centros urbanos como en áreas rurales, en cierta forma constituyen el voto consciente, ya que están soportando los rigores de una vida de difícil sobrevivencia. Entre ellos están los pobres, que forman cinturones de pobreza en las afueras de las ciudades, ya que hasta ahora no se ha solucionado problemas como la falta de trabajo, el encarecimiento de productos de consumo, por una producción negativa en el campo y la falta de abastecimiento en los mercados. La industria mediana y la pequeña no tienen suficientes mercados para la venta de su producción y las exigencias sociales las hunden cada día. Estos factores pueden dar lugar a votaciones con resultados imprevistos.

La ciudadanía consciente exige debate entre los candidatos a la presidencia del país, porque así se podría escuchar propuestas de solución a los problemas que los afligen.

El voto ciudadano en el exterior debe ser debidamente controlado, por los candidatos o partidos, mediante delegados acreditados afines, ya que no se confía en los delegados del Tribunal Supremo Electoral. El exceso de propaganda con fondos estatales molesta a la ciudadanía, que tiene que soportar, impotente, la difusión constante de esa propaganda en medios de comunicación oral y escrita, lo que podría provocar en el electorado un efecto bumerang, con votación negativa para quienes exageran con la medida.

El voto campesino o indígena no constituye una mayoría, ya que el total es de sólo 3.500.000, contando inclusive con las etnias, de una población de 10 millones de habitantes que tiene Bolivia. El ciudadano común si bien reconoce algunas medidas buenas, como la política hidrocarburífera y minera, junto con ayudas sociales, observa que también aumentaron males como corrupción, coimas y cohechos en todo nivel, lo que desluce los logros realizados.

El aumento del narcotráfico preocupa a todos, ya que los cultivos de coca se han acrecentado, lo que favorece al grupo social de los cocaleros y más si no pagan impuestos, constituyendo, junto a mineros e indígenas, los nuevos ricos, desplazando a grupos de clase media. La opinión pública observa absorta el ingreso de autos “chutos” de contrabando, los que causa mayor consumo de gasolina, que implica mayor subvención, poniendo en riesgo la economía del país y acercando la posibilidad de un período inflacionario.

Por eso es exagerado el optimismo cuando se dice que por lo menos en 6 departamentos hay votación segura para el oficialismo, para un triunfo electoral que le daría más de 70% de apoyo al MAS, con una Asamblea Legislativa donde tendría mayoría.

Pero lo que no se está tomando en cuenta es que los comités cívicos de los departamentos no apoyan el centralismo y claman por la autonomía de las regiones y en un proceso electoral aparecerá el voto regional, originando resultados imprevistos. Otro factor que se debe considerar en comicios electorales es el desgaste por el ejercicio permanente del poder, y mucho más si se quiere considerar un a reelección indefinida, lo que está en contra de las normas de un proceso democrático. Todo puede suceder desde el momento en que el ciudadano acuda a las urnas, ya que nadie lo presiona o controla, porque es un voto libre y democrático.

El autor es Profesor

Emérito de la UMSA.