El santuario de la Virgen de Copacabana

Señor Director:

La imagen prodigiosa de nuestra señora de Copacabana fue labrada en maguey por el indígena de estirpe incaica Francisco Tito Yupanqui, que inició su obra en Potosí el 4 de junio de 1580 y después de muchas vicisitudes la concluyó en la ciudad de La Paz en 1582 y fue trasladada a la península de Copacabana, donde se la ubicó en el pequeño templo parroquial el 2 de febrero de 1583, estando de cura el Lic. Antonio Montero.

Desde un principio la imagen cobró fama de milagrosa protectora en Bolivia, en países circundantes y por todo el continente, atrayendo numerosas romerías y peregrinaciones de fieles cristianos católicos que la visitaban para darle gracias, invocándola con cantos y oraciones para recibir bendiciones para sus vidas. Mediante documento del pontificio, del 29 de julio de 1915, fue solemnemente coronada la Virgen el 2 de agosto por el obispo de La Paz, Augusto Sifertt, en presencia del presidente Bautista Saavedra y la comitiva oficial del Nuncio Apostólico de su Santidad, Cayetano Sicosicognani y los obispos de Bolivia.

La península de Copacabana fue ocupada desde tiempos inmemoriales por el hombre, por su ubicación estratégica y por tenerse desde ella una impresionante vista del lago sagrado de los incas, el Titicaca. Según historiadores la isla la ocupaban los Chiripas y otros grupos antes de Cristo. Los incas convirtieron a la península y a las islas del sol y de la luna en santuarios a los que acudían súbditos de todas partes del imperio incaico. Cuando llegaron los españoles se dieron cuenta de la importancia de Copacabana como centro religioso consagrado, donde erigieron un santuario central, cuyo diseño arquitectónico pertenece a Francisco Gimenes Sanguaza y las capillas que son de utilidad para peregrinos que movidos por la fe visitan a Virgen morena cada año en su festividad y la veneran como Patrona de la nación y América toda.

Estas constantes romerías se suman a otros atractivos por los cuales hay muchas visitas turísticas de nacionales y extranjeros, por tanta riqueza cultural que posee el santuario, que se ha poblado de habitantes. Los peregrinos saludan a la Mamita de Copacabana desde muy temprano en la mañana, con diferentes devociones y luego dan un agradable paseo en botes de vela o a motor, saboreando platos favoritos, como la trucha en las playas, las ancas de rana. También es un atractivo la subida al calvario y el recorrido de las estaciones, tomando aire fresco y renovando energías, recibiendo al amanecer los rayos del sol.

Los sitios arqueológicos son de renombre mundial, por ser el sitio de los incas para sus ceremonias.

La imagen de la Virgen, también llamada de la Candelaria, fue llevada a Córdova (Argentina), Río de Janeiro y el Perú, así como a otras ciudades como Roma, donde está presente la Virgen Morena del lago. El 5 de diciembre de 1952 fue declarada por el arzobispo Abel Antezana como Patrona del cuerpo de carabineros de la Policía y por orden superior se le confirió el grado militar de Generala de las Fuerzas Armadas.

Gracias María, madre de Dios y madre nuestra por estar junto a la madre que nos acompaña en el camino al cielo. El santuario de Copacabana es custodiado por los padres de la Orden Franciscana, quienes preservan el lugar que es visitado constantemente.

David Espejo O.F.S.