Chaparina en la nubosidad política



Una marcha de indígenas, detenida en su largo recorrido por fuerzas policiales, el pasado 25 de septiembre de 2011, lanzó a la prensa mundial la existencia del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro-Sécure (Tipnis) y paralelamente, catapultó a sus principales dirigentes cuyas cabezas, entre otras, fueron Fernando Vargas, Adolfo Chávez, Rosalía Matene, Nazareth Flores, Emilio Nosa y el diputado Pedro Nuni, relacionados con sistemas sindicales y comunales del parque.

TIPNIS

El Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure es área protegida desde el 22 de noviembre de 1965 y Territorio Indígena según el Decreto Supremo 22610 del 24 de septiembre de 1990. Está habitado por comunidades indígenas.

Tiene una superficie aproximada de 1 millón 236.296 hectáreas, equivalente a 12 kilómetros cuadrados y algo más. El Tipnis es una región de la faja subandina de gran diversidad biológica. Sus límites están entre los departamentos de Cochabamba y Beni.

Además de la importancia de reserva natural, está habitada por numerosas comunidades indígenas que viven del propio Tipnis, factor de suma importancia que atrajo en favor de los marchistas reprimidos en septiembre de 2011, a defensores de los Derechos Humanos, ecologistas y entusiastas de la cultura indígena.

Componían la marcha que pasaba por la región de Chaparina, la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob), Central de Pueblos Indígenas del Beni, Central Tipnis, Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq) y organizaciones afines

Fortalecidos por ese interés, Wilson Changaray y Pedro Nuni diputados indígenas del Movimiento Al Socialismo, fueron los primeros en defeccionar del oficialismo y crear cierto escenario que alentaba a los marchistas.

CONAMAQ

La Marcha que defendía la intangibilidad del Tipnis, atrajo también a sectores políticos ultraindigenistas y de oposición al gobierno del Movimiento Al Socialismo. Por ejemplo, Rafael Quispe que en ese tiempo dirigía el Consejo Nacional de Markas y Ayllus del Qullasuyo (Conamaq), se enroló en lo que parecía, desde lo alto, una larga anaconda humana adornada por banderas bolivianas.

ABANICO POLÍTICO

La Octava Marcha fue una oportunidad para la oposición, significó el lanzamiento de varios ciudadanos al ámbito político. Unos cayeron en el intento y otros lograron cierto éxito, por lo menos ser conocidos o admitidos, en el proceso pre-electoral 2014. Uno de ellos, Rafael Quispe, es candidato de la alianza Unidad Demócrata (UD) y los demás, en agosto 2014, olvidados o en su defecto, posicionados en la última fila de postulantes; en tal situación está Fernando Vargas, candidato por el Partido Verde de Bolivia (PVB), a la presidencia del Estado Plurinacional que en las encuestas de fin de julio, no pasó del cero de preferencia ciudadana.

Lo propio sucede con Alejandro Almaráz, otro disidente del MAS; activo en favor de las marchas del Tipnis contra el gobierno y que actualmente, se cobijó en el Partido Verde de Bolivia, como candidato a la primera senaturía por el departamento de La Paz.

CAUSAS

¿Cuáles son las causas, para que los máximos dirigentes del Tipnis; disidentes del Movimiento Al Socialismo y varios ideólogos de la línea contestataria, hoy sean apenas un recuerdo para los sectores que habían apoyado vigorosamente la marcha en septiembre 2011? He aquí algunos episodios.

En plena efervescencia de la Octava Marcha Indígena, la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb), al mando de su secretario ejecutivo Roberto Coraite, afirmó: “Podemos pensar que pueden haber muchas cosas detrás de todo esto, como la intención de perjudicar este proyecto caminero, tan anhelado para articular el valle cochabambino y la amazonia”. En términos prácticos, el sector campesino, quitaba apoyo a los marchistas

CONTRAMARCHA

El anuncio de realizar una contramarcha impulsada por las seis federaciones de productores de coca del trópico de Cochabamba y la amenaza del grupo de interculturales, con otra contramarcha, también hizo su parte en el desgaste del Tipnis.

LA CAMPAÑA DEL MAS

Citamos la sostenida campaña del MAS, explicando las razones por las que era dable y positivo construir una carretera. Empero, la táctica de penetrar en las comunidades que habitan el Tipnis, tanto política como en proyectos económicos, terminó por atraer a un alto porcentaje de comunidades, a las posiciones del gobierno y por último, apartándolas de los dirigentes que hoy, a dos meses de las elecciones de octubre, apenas levantan cabeza.

Ni los partidos que hicieron campaña por el Tipnis, como consta en paredes y muros de la ciudad de La Paz, consideraron en la práctica, una alianza con los ahora ignorados dirigentes que participaron de la Octava Marcha y que en su momento fueron bandera política.

LEJANA CHAPARINA

A tres años de los sucesos de Chaparina, no solo están olvidados los actores del oficialismo y del Tipnis; sino también la causa seguida a supuestos involucrados en el atropello a la Octava Marcha. Hoy, solo voces aisladas proponen nulidad de la reconstrucción del proceso que se sigue, a tumbos, en el caso.

El devenir del tiempo que archiva los hechos en la voluminosa carpeta del pasado; el poder del partido gobernante, las excusas que nunca faltan en el sistema judicial y el oportunismo de los partidos políticos que izaron bandera por el Tipnis, se han unido en santa alianza, para que Chaparina duerma en sueño eterno en la nebulosidad que cubre los sucesos relatados. (Clovis Diaz).

 
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