Bolivia es eterna

La Historia de Bolivia, hoy parte indisoluble del nuevo Estado Plurinacional, es rica en el desprendimiento de hombres y mujeres que, en las primeras décadas del Siglo IXX, ofrendaron vidas hasta la victoria expresada en el nacimiento de un país independiente y soberano.

De ninguna manera olvidamos a los héroes de la Independencia que, convencidos de la justeza de causa, lucharon entonces contra unos de los ejércitos mejor armados y de gran experiencia, como fueron los ejércitos españoles que defendían el statu quo, inamovible e impuesto por la política colonial de la Corona.

Pero lo único eterno es el cambio y este fenómeno alteró la correlación de fuerzas, primero en la vieja Europa, cuando Napoleón, un soldado vivo durante la Revolución Francesa de 1793, que por su visión logró coronarse líder de la Restauración, como Emperador de Francia y con ese título, él, sus hermanos y su esposa Catalina vulneraron la cohesión de las fuerzas coloniales, entre ellas de España.

Para España fue un golpe demoledor, pese a que los defensores de la Corona desfalleciente lucharon incluso apoyados por Inglaterra, a favor de su rey Fernando VII; golpe que retumbó para los latinoamericanos, enfrascados, como Pedro Domingo Murillo, en liberarse de la opresión colonial.

Entre 1809 y 1825 surgieron los héroes de la Independencia, imponiendo con sus artesanales armas –incluso fabricaron armas que alimentaban con pólvoras y salitres caseros- y batalla tras batalla fueron arrinconando al enemigo.

Así nacieron las “republiquetas”, término despectivo que utilizaron en aquel tiempo los militares profesionales españoles. En este 6 de Agosto de 2014, rescatamos el concepto de las republiquetas como el principio de la verdadera nacionalidad y fundamento ideológico e histórico de la República.

Hoy, 6 de agosto, el significado del día de nuestra amada Patria figura como un testimonio vivo en las páginas más que centenarias de EL DIARIO y, sin dudar, reivindicamos, siempre, las luchas independentistas, patrimonio y ejemplo a seguir, por las nuevas generaciones, cuya herencia hondea en los colores de nuestra sagrada bandera y en los símbolos patrios con el mensaje de que Bolivia es eterna.

El autor es abogado.