Washington.- Los agentes del Servicio Secreto que custodian con celo la Casa Blanca se enfrentaron el jueves por la noche a un intruso poco habitual, un bebé, que se había colado por las rejas de la residencia presidencial, informó uno de sus portavoces de seguridad.
Apenas una hora antes de que el presidente estadounidense, Barack Obama, anunciara la autorización para bombardear posiciones yihadistas en el norte de Irak, los agentes tuvieron que intervenir cuando el pequeño bebé se separó de sus padres y accedió entre los barrotes que protegen la Casa Blanca, informó Efe.
En esta ocasión, y ante la falsa alarma, los miembros del Servicio Secreto, ataviados con sus habituales fusiles y chalecos antibalas, devolvieron al bebé a sus padres.
“Íbamos a esperar hasta que aprendiera a hablar para interrogarlo, pero en su lugar le dimos un descanso y se le envió de vuelta con sus padres”, indicó Edwin Donovan, portavoz del Servicio Secreto, en un comunicado de madrugada.