Coincidencias internas y externas sobre “relaciones plenas” con Estado Unidos

Dos altas personalidades nacionales, adscritas a la Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima (DIREMAR), y un expresidente estadounidense, coinciden en que, las relaciones bilaterales Bolivia – Estados Unidos, deben recomponerse y ser plenas.

Carlos Mesda Gisbert, delegado internacional por la Causa Marítima, afirmó: “Hay que recuperar la relación plena con Estados Unidos”(…) “La causa e intereses bolivianos están por encima de la ideología”. El Gobierno de Bolivia debe reanudar su relación diplomática con Estados Unidos por estrategia política relacionada con la demanda marítima, que se encuentra en la Corte Internacional de Justicia (CU) de la Haya, agregó.

Javier Murillo de la Rocha, ex ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, dijo semanas atrás: “Es una tarea pendiente y yo creo que hay que retornar el diálogo político y elevarlo de nivel. A mi juicio Hay que seguir trabajando para recomponer las relaciones bilaterales cooperativas y más allá de las ideologías, de las posiciones que sustentan nuestro gobierno y lo que representa Estados Unidos en el orden mundial para seguir contando con ciertas áreas de cooperación importantes”.

DIREMAR, destacó en mayo 2013, la reunión personal entre el mandatario boliviano Evo Morales Ayma y Jimmy Carter ex – presidente de los Estado Unidos. Carter, en aquella ocasión, ratificó su respaldo a la causa marítima boliviana. “Carter, en su momento respaldó, de forma incondicional y permanente, una solución al problema marítimo”. Según DIREMAR.

RELACIONES SIN IDEOLOGIA

Carlos Mesa y Javier Murillo de la Rocha, no sólo coinciden en la urgencia de restablecer relaciones diplomáticas plenas con el gobierno de Estados Unidos, van más allá y plantean relaciones por encima de ideologías.

¿Por qué relaciones sin ideología? Sencillamente porque el gobierno boliviano se definió antiimperialista y cuando el oficialismo habla de Estados Unidos, dice “el imperio”. Entonces la ideologización de la política internacional boliviana, es de apertura para naciones enfrentadas “al imperio” y pronta a rechazar cualquier contacto con el gobierno de Obama.

Bien podemos utilizar la figura de apertura, para países no alineados al Imperio y cerrojo, para el Imperio, en este caso, Estados unidos.

ARBITRO MUNDIAL

Carlos Mesa y Javier Murillo, pertenecen al grupo de exmandatarios y excancilleres mejor informados sobre el tema marítimo y las espinosas relaciones Bolivia – Chile; saben que, restablecer las relaciones bilaterales de nuestro país con Estados Unidos, es parte importante para la misma Cancillería nacional pues, si bien La Haya utiliza la vía jurídica internacional para resolver casos como el nuestro, es también correcto expresar que Estados Unidos es arbitro de influencia mundial y que sus opiniones tienen peso.

En el caso particular que comentamos, Chile ya ha recurrido al diálogo con el gobierno Barack Obama respecto al conflicto marítimo que sostiene con Bolivia. Dejar pendiente el retorno a las relaciones bilaterales, suspensas desde septiembre 2008, es levantar bandera blanca para que la diplomacia chilena, como lo está haciendo, propale su versión distorsionada de los acontecimientos diplomáticos y bélicos anteriores a 1879 y posteriores al Tratado de 1904.

¿SOLO COINCIDENCIA?

Que los citados expertos en la defensa de los derechos marítimos bolivianos, coincidan al milímetro, opinando que Bolivia debería reabrir relaciones plenas no ideologizadas con Estados Unidos, nos remite a René Descartes, quien fundamentó el conocimiento en dudar para esclarecer.

Tal vez, Mesa y Murillo, tendrían también coincidencias por ejemplo, con el supuesto interés del poder político boliviano, en ampliar relaciones bilaterales, incluso, con naciones ideológicamente opuestas al actual modelo socialista del Siglo Veintiuno.

En tal probabilidad, es correcto activar los resortes diplomáticos tendientes a relaciones plenas con Estados Unidos, porque además, esté en juego entre otros temas, la política marítima boliviana y el éxito que empieza a cosechar nuestra Cancillería en La Haya. (Clovis Díaz).