Melodías de Simeón Roncal, Humberto Iporre Salinas, Miguel Ángel Valda, así como ritmos de chovenas de San Ignacio de Moxos, aticus, chuchus, moceñadas, k´antus y otros, han sido interpretados en diversos escenarios del país como una muestra de la riqueza musical preservada y registrada en más de 20 producciones discográficas, logradas en las dos décadas y media de vida de Música de Maestros.
“Los objetivos planteados desde que creamos Música de Maestros junto a la directora de CONADANZ, Yolanda Mazuelos Pol, se han mantenido vigentes, por lo que la investigación realizada y su posterior recopilación y preservación sirvió para que a lo largo de estos años por lo menos tres generaciones disfruten de esta música y valoren el talento de los músicos bolivianos, así como la riqueza musical de nuestras culturas”, resaltó Rolando Encinas.
En la actualidad, la entidad está compuesta por talentosos músicos jóvenes que, motivados por el trabajo y las sentidas melodías, esperaron la oportunidad de conformar la orquesta y ser parte de este proyecto que une generaciones a través de la música.
El trabajo de Música de Maestros no sólo fue valorado por el público boliviano sino también fue motivación para que músicos jóvenes y reconocidos de Japón, Alemania, Estados Unidos, Cuba, Francia y otros países vivan la experiencia junto a la orquesta, siendo parte de la misma, y generando importantes proyectos de investigación que fortalecen aún más la labor iniciada en la década de los ochenta.
Recientemente el maestro Encinas regresó de Japón, donde estuvo dos meses y medio haciendo un trabajo pedagógico en varios colegios de ese país asiático.
“Todos los años hemos estado en ese afán de hacer conocer al país mediante la difusión de nuestra música. Son más de 135 millones de habitantes y por lo menos esperamos que nos conozca un millón (sonríe); en todos estos años hemos debido hacer más de dos mil presentaciones”, contó el músico, quien trabajó muchos años en Alemania con William Ernesto Centellas y Ernesto Cavour y en Francia con CONADANZ.
Encinas tiene ya unos 47 años de carrera artística. “Mi vida fue dedicada a la música y a la danza. Empecé con la danza y ahí conocí a Ernesto Cavour, quien era bailarín. No recuerdo la fecha de mi debut, pero debió ser por el 68 con Chela Urquidi, tocábamos con ellos”, evocó.
Hoy Música de Maestros se constituye en un Patrimonio Musical de Bolivia, que seguirá difundiendo y proponiendo trabajos que dejen una semilla de integración, valor y sentido a la música boliviana.