A más de 3.600 msnm
• Expertos recomiendan mayor precaución en el cuidado a la piel.
Francesco Zarati, a través del libro “La radiación ultravioleta en Bolivia”, observó que si bien el sol tiene efectos beneficiosos para el metabolismo del ser humano, la exposición a la luz solar en exceso puede ser dañina para la piel generando desde quemaduras y dermatitis (infección de la piel), hasta cáncer cutáneo.
Asimismo, el estudio revela que exponerse a los rayos solares en las ciudades de El Alto y La Paz, a más de 3.600 metros sobre el nivel del mar, puede ocasionar distintas enfermedades que pasan desde las quemaduras y eczemas hasta cáncer de piel.
En cuanto a las quemaduras de la piel, de acuerdo al texto, en pocas horas de haberse expuesto al sol en más de 12 a 14 horas, la misma que se caracteriza por un eritema o enrojecimiento de la piel expuesta.
“Si la exposición es frecuente, las lesiones también serán intensas por lo que pueden ocasionar una inflamación, edema. La presencia de lesiones está en directa relación a exposiciones previas al tipo de piel. El 10% de los Rayos Ultravioleta (RUV)-B, (la misma que significa que tienen fotones de menor longitud de onda), la cual puede penetrar hasta la unión dermoepidérmica en una explosión prolongada y ser responsable de la quemadura solar”, establece el estudio de Zarati.
Las exposiciones prolongadas a los RUV en forma constante o intermitente ocasiona alternaciones cutáneas que se caracterizan por su tiempo, entre las que se encuentran principalmente: el envejecimiento prematuro, las alergias, dermatosis idiopáticas y el cáncer de piel.
En cuanto al denominado envejecimiento o fotoenvejecimiento, se produce cuando se está expuesto a los Rayos Ultravioleta (RUV) – A (que tienen efectos más dañinos por su escasa capacidad de penetración al espesor de la epidermis-piel), por lo tanto esta provocará el daño a las células epidérmicas y el colágeno perdiendo su elasticidad, se hace áspera, presenta arrugas y cambio de color pero fundamentalmente se evidencia de las denominadas “patas de gallo”, donde los pliegues naturales suelen ser más profundos.
En el estudio se establece que las enfermedades más frecuentes que se presentan a más de 3.600 msnm son las lesiones discretas, como un eczema (afecciones cutánea, canalizada por vesículas rojizas – costras y escamas), hasta lesiones muy agravadas.
El estudio realizado por el laboratorio de física de la Atmósfera (LFA), en base a un proyecto de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) el 2003 establece que la luz blanca de neón y el brillo de la pantalla de televisión también son factores que generan lesiones en la piel.
Desde el punto de vista biológico existe una sensibilidad a la RUV-B, la cual debiera ser tratada medicamente por una dermatóloga quien empleará de acuerdo con los daños generados un tratamiento de antihistamínicos y corticoide tópicos.
La dermatitis actínica crónica es una de las enfermedades más severas que afectan a personas adultas que puede generar erupciones polimorfas solares que evolucionan en placas eritemas violáceas, escamas que generan plieguen en la cara presentando la personas afectada una piel de envejecimiento exagerado.
El tratamiento en estos casos es un desafío terapéutico por los escasos resultados obtenidos poco curativos por lo que la protección de acuerdo con la investigación debe ser absoluta, ante esto se aconseja incluso la internación de los pacientes.
En cuanto al cáncer cutáneo, se informó que este se caracteriza por la alteración de la reparación de DNA (cancerogénesis), por el efecto de la RUV-B que combinada con la RUV –A, es mucho más cancerígena que por separado: estas radiaciones posiblemente sean el factor más importante en la génesis del carcinoma basocelular, epidermoide, ratoacantoma, queratosis actínica y melanoma maligno.
Entre las explicaciones por la cual las exposiciones a RUV producen cáncer, el estudio señala que se debe a una alteración a la estructura de las células epidérmicas (piel), ante esto, al alterar los cromosomas se tiene dificultad en su reparación y originan cáncer.
Por otra parte, establece que existe una función promotora del tumor al interferir en la inmunidad celular.
“Por lo tanto, la exposición crónica y prolongada sería la responsable de los carcinomas basocelulares y del melanoma maligno”, asegura Zarati.
En conclusión, la investigación establece que la epidemiología de los carcinomas en la piel ha demostrado ser un problema dominante de salud en muchos países, en especial en aquellos de población blanca.
En el medio boliviano, la mayoría de los habitantes tiene un tipo de piel de III a IV, que en teoría debería encontrarse protegida de los efectos nocivos de los rayos solares, sin embargo, está demostrado que la piel más oscura es también víctima de la RUV si se expone en forma crónica y permanente; en consecuencia el color oscuro de la piel sólo protege de las quemadura solar, pero no de las demás enfermedades y menos del cáncer o los diferentes clases melanomas malignos.
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