El 85% de la población se expone a rayos solares

María Conde de 38 años es comerciante desde sus 18 luego de conocer de su embarazo y ver con dificultad económica la posibilidad de continuar con sus estudios luego de salir bachiller, razón por la que se dedicó a la venta para poder mantener a su familia ahora integrada por cuatro hijos.

Como ella, más del 85% de la población alteña dedicada a la actividad del comercio de diferentes productos debe exponerse al sol, más de 12 horas usando sólo sombrilla, en algunos casos, y desconociendo las dolencias que generan en su piel.

Conde es acompañada por su hija de 16 años, quien ayuda a su madre a acomodar los productos y vender junto a ella sin saber que su negación a usar sombreros de ala ancha pueden ocasionarle mayores daños en su piel de la que presenta su madre, quien debe asistir cada tres meses a la atención de un dermatólogo manteniendo un tratamiento ante la aparición de envejecimiento prematuro de la piel.

“El sombrero lo usa mi mamá porque es ella la que tiene esos granos y su piel esta como escamosa, pero yo no tengo nada y esas cremas de protección solar son muy grasosas me hacen salir acné”, señala Carla, quien, como ella, la mayoría de los niños, niñas y adolescentes que trabaja en el comercio, como voceadores, o repartiendo volantes de empresas privadas, no utiliza ningún sombrero, gafas de sol y menos protector solar.

Por otra parte, Fidel Gutiérrez es un hombre de 52 años quien se dedica a vender periódico en la carretera a Copacabana, expuestos al sol desde las 07:00 hasta que concluya con la venta de los principales periódicos del país, aspecto que suele ser más de las 15:00 horas, con la finalidad de evitar devolver la cantidad de tiraje restante que no es acomodado todos los días y sobre todo los fines de semana cuando recibe mayores medios impresos para la venta.

“Aquí adentro, cuando estoy en mi quiosco, no me coloco sombrero porque esto tiene techo y eso de las cremas es más para las mujeres, ellas se ponen cremas, los hombres no acostumbramos a eso”, señala Gutiérrez desconociendo que hasta el reflejo de los vehículos y el asfalto que debe ver todos los días más de nueve horas ocasionan no sólo daños irreversibles a su piel, sino a sus ojos, mientras que deja en claro el tabú de que aún la concepción machista de que el uso de cremas como el protector solar es exclusivo del género femenino y no es asumida como parte de su cultura o como método de prevención de salud.

En la actualidad, ninguna entidad municipal, de la Gobernación o del propio Ministerio de Salud han asumido una tarea de socialización y prevención de los métodos de protección ante los Rayos Ultravioleta (RUV), a una importante población alteña quienes asumen una actividad comercial callejera expuesta a los daños que esta genera en la piel, sin tener una segunda opción ante la ausencia de otros empleos que puedan ser realizados al interior de empresas, fábricas o industrias.