Paridad de género, ¡ahora es cuando!

La nueva elección general está próxima, y las “propuestas” tienden a persuadir al voto. En correlación, se advierte “vejámenes” en contra de mujeres que toman cuerpo/preocupación por parte de activistas que advierten al patriarcado y un “machismo” como principal causa. El patriarcado para Marta Moia es un orden social que genera relaciones de dominación y opresión, y para la antropóloga feminista Marcela Lagarde es la oposición entre lo masculino y lo femenino reflejada en una competencia por ocupar espacios (de Poder).

En el contexto plurinacional, la feminista Julieta Paredes (afín al MAS y ex “Mujeres Creando”) optimista arenga que “Bolivia está permitiendo al mundo “soñar” con una igualdad de género, pero ello será efectiva cuando los “hermanos hombres” entiendan que las mujeres son el 50%. La periodista Drina Ergueta advierte: que haya igual cantidad de hombres y mujeres en cualquier institución privada o pública no marca “huella” si se deja de lado el objetivo/acción de respeto a los derechos de las mujeres.

El reglamento de género en función al Art. 11 de la Ley del Régimen Electoral estipula la paridad de género en las listas de candidatos, en cumplimiento de los derechos de las mujeres. Sin embargo, la débil efectividad de “leyes” en el Estado plurinacional permite la duda, ésta puede recibir el mismo “tratamiento”, ¿acaso muchas mujeres elegidas por el voto fueron obligadas -por machos- a “renunciar” al cargo por el cual fueron elegidas? Es más, la duda se agudiza cuando Concepción Ortiz, Vicepresidenta del MAS, arguye: “no nos quieren dar espacio a las mujeres, esa la diferencia (con los hombres) que tenemos” (P7/7/7/14). No se termina de “sancionar” la Ley de paridad, y el macho Alcalde cruceño entona una canción sexista que alude a mujeres y niñas y en presencia del candidato Presidente y ministros de Estado, quienes festejaron con carcajadas al “cantor”, así la paridad más parece otra demagogia.

Lo evidente es que las mujeres no expresan a un sector o una particularidad, constituyen el 50% del electorado: trabajadoras, campesinas, indígenas, trabajadoras, mineras, originarias, feminista, intelectuales, lideres barriales etc., por lo que no puede haber democracia sin ellas. Por ello, contundente, la periodista feminista Katia Uriona -con dignidad- propone que las mujeres deben llegar al Poder sin que medie nada más que sus propias luchas (la decisión de los “hermanos no es relevante), sin embargo desestima las condiciones estructurales que resquebrajan la paridad de género. ¿Ahora es cuando? Sí, es cuando la paridad debe desmontar al patriarcado, desestructurar y eliminar las actuales condiciones -machistas- de dominación vigentes.

Se debe exigir/erradicar las diferentes formas de discriminación, exclusión, opresión, violencia y pobreza en contra de las mujeres. El reglamento aprobado por el Régimen Electoral pone a prueba si las organizaciones políticas (de mujeres) están a la altura del desafío, no sólo con la inclusión del 50% en las listas -como establece la Ley- sino con el reconocimiento e inclusión de las mujeres en programas de Gobierno. Entonces se debe pasar de la propuesta a la acción, como lo advierte J. Paredes: la cuestión de fondo es cómo (las mujeres) manejarán el Poder político, quienes lo detentarán (¿las elites femeninas?), y, cómo se nombrará (¿a dedo?) a las que van a efectivizar ese Poder (LR, 27/714). Es hora de pasar del sueño a la acción, ¿lo permitirán?

El autor es Director del Centro de Investigacion, Servicios Educativos y de Comunicación (CISEC).