Digestión feliz

Muchos problemas de digestión o de mal funcionamiento estomacal pueden ser “ayudados” a resolverse con la fuerza del pensamiento.

Con mucha frecuencia tomamos malas decisiones a la hora de comer o de alimentarnos y es por eso que algunos alimentos nos caen bien y otros no tan bien y algunos nos caen mal verdaderamente.

Nuestra actitud al comer puede ser uno de los factores que nos cause una mala digestión; si comemos mirando televisión o comemos después de una discusión, la digestión de esos alimentos quedará de algún modo como estropeada. Es bien conocido el daño que puede producirse si uno reniega después de comer cerdo o lechón.

Considero que el acto de alimentarnos es un acto creativo y debe hacerse en estado de paz, de serenidad interior y de positividad deliberada, pues la calidad de nuestra alimentación y la forma de hacerlo podrán generar energías sufi cientes para tener una buena salud y una buena actitud; las formas inarmoniosas e incorrectas de comer y de alimentarnos producen baja calidad personal, baja calidad en el pensamiento y una disminución de los valores que nos guían y orientan en la vida.

Una persona triunfadora considera todos los elementos necesarios para su triunfo y uno de esos elementos es la calidad de lo que se come y el cómo se debe producir este acto que es de vital importancia, al menos para nuestro cuerpo físico.

Lograr una digestión sana y feliz es una meta que cualquiera puede lograr en esta vida, siempre y cuando valore el acto de la digestión como una función que debe ser cuidada y mantenida por la fuerza de los pensamientos y por la fuerza de las actitudes. A la hora de almorzar sea selectivo con lo que escucha, evite la música ordinaria o los mensajes negativos, la hora de almuerzo no es para discutir y menos para pelear, es en mi modo de ver las cosas un momento para agradecer al Creador por los alimentos, por el milagro de la familia, de la salud, de nuestra inteligencia y de una infi nidad de dones y bienes que conforman nuestra vida en este mundo; cuando se entiende el acto alimenticio de esa manera, produce salud, vitalidad, energía vital y el deleite de compartir un momento de vida haciendo algo en común entre los seres que nos amamos.

La digestión feliz es un concepto que suele venir de un acto mental de agradecimiento a la fuente universal, de agradecimiento a los seres que han provisto el material y a las personas que han participado en la elaboración fi nal de su alimento y a las que lo han pagado. Cuando se hace este acto natural de gratitud, toda la vibración negativa que pueda contener su alimento desaparece y uno queda en libertad de comer poco a poco, saboreando y disfrutando el acto de amor que significa un alimento servido o amorosamente preparado. Reflexión: “Disfrute de la compañía de sus padres mientras los tenga con vida y hágalo tratándolos con amor, con verdadero amor”.