Presencia cultural y política de la mujer en Bolivia

La presencia de mujeres en el proceso electoral boliviano es símbolo de los tiempos nuevos y conduce simultáneamente, a la historia larga y sostenida que viene desde la Colonia hasta el Siglo Veinte y con mayor razón, a nuestra particular actualidad.

La literatura nacional, las obras de Historia de Bolivia, la poesía y también el arte en sus diversas manifestaciones testimonian el esfuerzo y la visión de la mujer, por ser incluida en la sociedad como parte del desarrollo y en rechazo a la herencia indígena, colonial y hasta republicana que mantenía severas costumbres sobre la conducta y el lugar específico que debía ocupar, so pena de perecer como la heroína rusa Ana Karenina.

En el libro Testimonios sobre el cerco Indígena a La Paz, escrito por María Eugenia del Valle de Siles, está plasmado, por ejemplo, el apoyo de las mujeres indígenas a las huestes de Túpac Katari, entre las que se destaca Bartolina Sisa quien, con su solidaridad, constituye excepcional conducta en esa época de grandes definiciones.

En un balance novelado de la guerra de nuestra Independencia, el insigne Nataniel Aguirre, relató la cohesión patriótica de las Heroínas de la Coronilla y en especial, la valentía y total entrega de aquellas ejemplares damas, a la causa anticolonial.

La chuquisaqueña Juana Azurduy de Padilla, guerrillera de la Independencia, de alcances internacionales pues, luchó con sus armas incluso en Argentina y la galardona poetisa cochabambina, Adela Zamudio, cierran aquella etapa en que nuestra Patria trascendía de la Colonia a la República, aunque sin perder sus viejas costumbres de considerar a la mujer como un objeto de adorno, destinado a la vida conventual o engrillada al oficio anónimo y oculto de ama de casa.

En el Siglo Veinte, con el surgimiento de tempranas corrientes populistas, salieron a publicidad obras relacionadas con la problemática social de la mujer. La Niña de sus ojos y La Chaskañawi nos hablan de la imposibilidad de cruzar el límite impuesto por el conservadurismo y la tradición.

La principal personaje de la Niña de sus ojos, intenta, solitaria, trascender del populacho a la clase burguesa; mientras que en La Chaskañawi, Claudina, arrebata a un joven patrón, de la clase media, a su dominio territorial y de clase: el pueblo rural y ahí pone un candado a su rebelión.

Con la poesía “Carcajada de estaño” de la portentosa orureña Alcira Cardona y la pintura costumbrista de la artista Emilia Suárez, la presencia de la mujer en la modernidad abre un abanico de realizaciones y victorias en favor del feminismo; sin olvidar la obra de Teresa Gisbert de Mesa, cuyo aporte a la cultura nacional, dejará profunda huella en la Historia de Bolivia.

Valga esta breve introducción que, sin lugar a dudas, olvidó citar a personalidades del mundo femenino boliviano, para el enlace de las viejas generaciones con el feminismo del año 2014, que intenta, apoyado en las leyes, ocupar espacios en la política.

CANDIDATAS

En las páginas de Política, de EL DIARIO, entre julio y agosto, se constató un fenómeno: La incursión de la mujer en la política. Entre las candidatas figuran empresarias, artistas, profesionales, concursantes de belleza y en fin, de todas las profesiones y oficios.

Incursión que, al fin, después de décadas, plasma la nueva realidad del mundo y de nuestro país. Hoy, la mujer ha dejado las cuatro paredes del encierro como ama de casa. Estudia, es profesional y trabaja en sectores antes inimaginables y de alta tecnología.

Empero, fue necesario que las mujeres de vanguardia de antaño, impulsaran una corriente de opinión y de transición al cambio, que sobrevivió a sus propias creadoras. Patrimonio que en la actualidad permite a la mujer moderna, abarcar el universo de oportunidades existentes.

La multitudinaria participación de la mujer en política, en el proceso pre-electoral que culminará el próximo 12 de octubre 2014, constituye esta nueva realidad.

Esta es la verdadera liberación de la mujer: participar activamente y sin impedimentos, en la vida nacional, forjando el desarrollo patrio bajo el sistema democrático. (Clovis Díaz).