El Candlestick Park de San Francisco, estadio que pasó a la historia por ser el escenario del último concierto de los Beatles en 1966, vivió el jueves por la noche otra jornada memorable, con el concierto en solitario de Paul McCartney, el último evento que acogerá antes de su demolición.
Del mismo modo que el Candlestick despidió al cuarteto de Liverpool un frío 29 de agosto de 1966 -en San Francisco el verano es especialmente frío-, el destino ha querido que fuese uno de los protagonistas de esa jornada, sir Paul McCartney, quien 48 años después regresase al estadio para despedirse del que fue escenario de su último concierto junto a John Lennon, George Harrison y Ringo Starr.
EFE